[*Opino}– ¿Que si iPhone o Android? No tengo esa duda

05-10-2015

Carlos M. Padrón

Sigo resistiéndome a pagar por un celular más de lo que me ha costado mi muy buena computadora de escritorio.

Por tanto, no existe para mí esta duda porque, aparte de lo más común, como WhatsApp, la hora en diferentes ciudades, etc., uso internet desde mi celular para ver algo en este blog o, si acaso una vez al mes, para alguna consulta, jamás para una transacción bancaria, para preguntar cómo llegar a donde quiero ir o para enviar/recibir e-mails.

La única cuenta e-mail que tengo vinculada a mi smartphone la he usado para bajar apps realmente útiles, como la de apagar la pantalla sin necesidad de presionar el botón lateral, y para actualizar los contactos a través de mi PC y no tener que hacerlo por medio del minúsculo tecladito del celular, una miniatura que detesto incluso en los celulares con pantalla de 5.5 pulgadas, como el mío.

Así que no veo motivo para pagar los altos precios de un iPhone, o de un Android de marcas famosas, pues un clon me sirve de maravilla, y aquéllos de los que he tenido noticia son todos clones de Android, no de los muy caros iPhones.

El smartphone que tengo desde julio de 2013 es un clon del Samsung S3 que entonces costaba más de 600€ pero que a mí me costó $140, y sigue funcionando muy bien. Cuando deje de hacerlo así me daré a la búsqueda de otro clon.

~~~

05/10/2015

Android o iOS: ¿qué sistema operativo es más seguro?

El debate está en la calle. Después de que Apple reconociera el ataque de XcodeGhost, el debate regresa entre los usuarios con más fuerza que nunca.

En los últimos meses, nos hemos ido enterando de las vulnerabilidades que los ciberdelincuentes han aprovechado sin que Google ni Apple pudiesen hacer nada. No hay que olvidar que hace poco saltó a la luz el mayor fallo de seguridad en Android jamás detectado y que afectaría al 95% de los usuarios.

Mientras, Apple ha reconocido que un grupo de «hackers» chinos habían colado virus informáticos en unas cuarenta aplicaciones alojadas en la tienda virtual de descarga App Store.

Queda claro una vez más que nadie está a salvo en internet. Por esta razón, interesa conocer tanto los pros como los contras de ambos sistemas operativos, para facilitar al usuario la deliberación a la hora de elegir uno u otro sistema operativo.

Ventajas e inconvenientes de iOS

Se dice que iOS es un sistema operativo cerrado y, por tanto, más seguro por defecto. Apple ejerce especial control sobre el trabajo de los desarrolladores de aplicaciones: la App Store tiene diferentes mecanismos para verificar las herramientas, su origen y funcionalidades.

Otra de las ventajas es que en iOS 8 los datos que se guardan en el calendario, contactos, notas y recordatorios cuentan con una capa extra de cifrado. Sin embargo, tampoco es que las medidas de Apple sean la panacea, como se ha demostrado estos días. Ningún sistema puede controlarse al 100% ni ser totalmente cerrado. En cuestiones de privacidad alcanza sólo un aprobado raspado: no son pocas las ocasiones en que se ha desvelado la existencia de vulnerabilidades, puertas traseras en sus dispositivos o ataques a las cuentas ID.

Ventajas e inconvenientes de Android

Android ofrece más libertad a sus desarrolladores. Muchos utilizan el lenguaje de programación C++, más complejo que los surgidos posteriormente, y, por tanto, más difícil de modificar por parte de los cibercriminales. Sin embargo, el ser el sistema operativo con mayor cuota de mercado es una venaja para los criminales. Si quieren difundir un malware, ¿qué mejor manera de hacerlo que utilizando la plataforma más visitada?

Se reconoce, sin embargo, que la cosa se tuerce cuando usan lenguaje Java en fragmentos sensibles del código de las «apps», ya que resulta fácilmente modificable. Los ciberdelincuentes pueden insertar su propio código malicioso sin demasiadas dificultades.

A diferencia de Apple, los usuarios de la Play Store adquieren aplicaciones menos seguras. Existe un menor nivel de exigencia para evitar la aparición de herramientas de origen desconocido y, una vez instaladas, el sistema operativo no avisa de las incertidumbres.

Sin embargo, Android permite la aplicación de la tecnología HCE (‘Host Card Emulation’) para realizar pagos seguros a través de los «smartphones». Funciona a través de una «app» que ofrecen los Bancos y que puede bajarse e instalarse en el teléfono. Se trata de toda una ventaja, pues cuando se realiza un pago en la ‘nube’, la herramienta envía la información del usuario a través de estándares seguros instalados en los chips NFC del dispositivo.

Se disponga o no de un dispositivo iOS o Android, el verdadero encargado de velar por la seguridad de la información es el propio usuario. Por esta razón, se aconseja el uso de contraseñas seguras, cambiarlas a menudo y tener mucho ojo con las aplicaciones que se instalen.

Fuente

[*Otros}– El megatsunami de hace 73.000 años que podría repetirse. Riesgo en Canarias

02/10/2015

Manuel Trillo

El hundimiento repentino de una ladera del volcán Fogo, en el archipiélago de Cabo Verde, desató hace 73.000 años un megatsunami de casi 250 metros de alto.

Esto es ocho veces más que la destructiva ola que golpeó las costas del sudeste asiático en 2004 y acabó con la vida de 230.000 personas.

El gigantesco movimiento de agua descrito ahora arrasó en su día una isla situada a más de 50 kilómetros de donde se produjo el colapso volcánico. Pero lo más inquietante es que los científicos que han descubierto la magnitud de aquel fenómeno creen que uno similar podría repetirse en cualquier momento sin apenas dar tiempo para reaccionar.

Eso sí, matizan, las posibilidades de que nos toque a la actual generación de seres humanos son remotas, ya que sólo se da aproximadamente una vez cada 100.000 años.

Los investigadores dieron con la pista del histórico megatsunami mientras trabajaban hace unos años en la isla de Santiago, al oeste de la costa africana. Allí se toparon con unas rocas tan grandes como furgonetas y de hasta 770 toneladas, cuya composición no se correspondía extrañamente con el joven terreno volcánico sobre el que se asentaban.

Y lo más llamativo era que se encontraban nada menos que a 600 metros tierra adentro y a 200 metros de altitud sobre el nivel del mar. ¿Qué las había llevado hasta allí?

La conclusión a la que llegaron el portugués Ricardo Ramalho y otros científicos, que se publica este viernes en la revista «Science Advances», fue que sólo podía haberlo hecho una ola lo suficientemente potente como para arrancar la roca de la costa y elevarla hasta aquel lugar. Calculando la energía necesaria para lograr semejante desplazamiento fue como establecieron la magnitud del tsunami.

Por otra parte, el análisis en el laboratorio de los isótopos de helio cerca de la superficie de la roca permitió situar aquel sobrecogedor evento hace 73.000 años, lo que venía a coincidir en el tiempo con el desmoronamiento en la ladera del volcán Fogo que se conocía. Esos isótopos cambian en función de cuánto haya permanecido una roca expuesta a los rayos cósmicos.

Una vez cada veinte años

El volcán Fogo, con 2.829 metros de alto en la actualidad, es uno de los mayores y más activos del mundo, entrando en erupción una vez cada veinte años, la última en 2014. La supuesta «víctima» del megatsunami, la isla de Santiago, alberga hoy día una población de 250.000 personas.

El colapso en los volcanes y su capacidad de producir tsunamis eran ya conocidos, pero viene siendo motivo de discusión su intensidad. El estudio ahora publicado revela la rapidez del hundimiento y las enormes proporciones del fenómeno que se produjo hace 73.000 años.

Ramalho, investigador del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, considera que los colapsos de laderas pueden ocurrir de forma extremadamente rápida y tener efectos catastróficos, siendo capaces de desencadenar tsunamis gigantescos.

En este sentido, explica a ABC el autor principal del estudio, «hay volcanes en islas del Atlántico y otros lugares que son «lo suficientemente altos, empinados y activos para hundirse y desatar un tsunami como el descrito». Por tanto, considera que es posible que uno de estos fenómenos sucedan en un futuro, si bien, aclara, no puede predecir «cuál va a ser el próximo y menos aún cuándo». «No sabemos si va a pasar mañana o dentro de decenas de miles de años», admite.

En cualquier caso, puesto que «puede suceder y sucederá en algún momento» y que su efecto «puede ser absolutamente devastador», considera necesario «estar vigilante» y mejorar la preparación de la sociedad ante tal eventualidad.

Para tratar de evitar las consecuencias destructivas de un megatsunami, el científico luso sugiere, por una parte, mejorar los mecanismos para detectar la actividad de volcanes que pudieran desatar estos desastres. Por otra, propone investigar más el proceso que lleva a los colapsos de volcanes y a que estos desencadenen tsunamis. Y en tercer lugar, ve necesario planear de forma «fría y racional» como afrontar un fenómeno así para evitar sus consecuencias catastróficas.

Riesgo en Canarias

Las propias Islas Canarias, dado que cuentan con volcanes jóvenes, empinados y activos, son «particularmente vulnerables a experimentar colapsos de laderas y los tsunamis a los que dan lugar». De hecho, señala que el registro geológico del archipiélago refleja que en el pasado ha habido diversos hundimientos volcánicos e incluso hay evidencias del impacto de un tsunami de grandes dimensiones.

Además, el riesgo para las llamadas Islas Afortunadas no se limita a los fenómenos que tengan origen en ellas, sino que un gran tsunami generado a partir de un colapso en Cabo Verde también acabaría afectándolas y, dado lo densamente pobladas que están, «el impacto podría ser muy devastador», sostiene Ricardo Ramalho.

Con todo, concluye con un consejo: «¡Crear pánico y temor no es la vía para mejorar la respuesta y la concienciación de nuestra sociedad frente a georriesgos extremos como éste!».

Fuente

[Hum}– El ‘face lift’ ajustable

Una mujer cuarentona decidió hacerse cirugía facial, o sea, un face lift.

Teniendo una cuenta bancaria mayor que su ego, consultó con varios cirujanos plásticos antes de escoger el mejor que su dinero podía pagar, y éste le aseguró que, con su nueva técnica, podía darle por muchos años una apariencia joven.

Después de la operación, el cirujano le dijo que tras cada una de sus orejas le había puesto un tornillo con el cual ella podría refrescar su look a medida que pasara el tiempo

La mujer vivió contenta con esto por varios años, pero un día notó que bajo sus ojos había unas incipientes bolsas. Hecha una furia irrumpió en el consultorio del cirujano y a bocajarro le preguntó por qué habían aparecido bajo sus ojos esas odiosas bolsas. El cirujano contestó:

—Señora, no son bolsas, son sus pechos. Y si usted no para de dar vuelta a los tornillos, pronto tendrá barba