Un día, en un hospital, uno de los médicos reparó que su colega, muy conservador, estaba usando un pendiente.
—No sabía que te gustase ese tipo de cosas—, le comentó.
—No es nada especial, es sólo un pendiente—, respondió el colega.
—¿Y desde cuándo lo usas?
—¡Desde que mi mujer lo encontró en el coche la semana pasada y le dije que era mío!
