[*Otros}– El Paso en tiempos de la Fábrica Capote y el Teatro Monterrey

30 Agosto 2015

Maikel Chacón

El Paso se representa a sí mismo como nadie.

Y cuando se trata de mostrar quién fue, de dónde parte su actual carácter de pueblo labrado y serio, no pone límites a su dedicación.

Lo demuestra cada tres años en un evento que se inventó hace ya casi dos décadas en el marco de las Fiestas de la Bajada de Nuestra Señora del Pino y que no ha parado de mejorar y crecer, hasta el punto de que, a día de hoy, se ha logrado un acto festivo que nada tiene que envidiar a las mejores representaciones históricas que se realizan en La Palma, incluidos los actos que se han ido rescatando en el marco de la Bajada de Las Nieves, y en toda Canarias.

La Fiesta de Principios del Siglo XX, organizada como siempre por el Club de Automóviles Antiguos, llevó un trienio más a la ciudad pasense a su periodo histórico de mayor auge como municipio (recordemos que tal condición la obtuvo en 1837).

Un total de 78 vehículos de época, incluida alguna motocicleta y la Guagua más longeva de La Palma, con cientos de participantes correctamente ataviados, desde los flecos y escotes de los ‘locos’ años 20, hasta los color renaciente a mediados de siglo que dio paso al mundo hippie y al ‘amor libre’.

En la calle, desde los antiguos trabajadores de Fyffes que bajaban a la costa bagañeta a laborar en los almacenes de plátanos en expansión tras finalizar (1918) la Primera Guerra Gundial, hasta los ilustrados hijos ya educados fuera de la Isla que volvían de visita o, en su mayoría, las familias más pudientes poseedoras de las propiedades y de los vehículos más ostentosos de la época.

El XX fue el siglo de los avances (el hombre pisó la Luna); también de los mayores retrocesos (guerras mundiales). Como lo describió en su momento la revista Time: “…un siglo espantoso a veces, fascinante siempre”.

Por entonces, a principios del mismo, la soledad palmera seguía siendo fundamentalmente agraria, pero ya comienza a aparecer un proletariado urbano. En aquellos momentos domina el caciquismo, y los terratenientes y aguatenientes dominan gran parte de la vida social y política de la población.

El Paso vivió por entonces algunos acontecimientos que lo marcaron como pueblo, desde la llegada de la luz al Valle de Aridane, la inauguración de la Ermita de la Virgen del Pino (1930) o la erupción del Volcán de San Juan (1949).

En aquella época, en el corazón de la Isla, un señor apellidado Capote montó una fábrica de tabacos que con los años se convertiría en el centro industrial más importante de La Palma, la ya extinta JTI (antigua Reinolds, RJR). También por entonces, otro señor apellidado Monterrey, afamado empresario, ponía en marcha una iniciativa que permitiría contar con un hotel y un teatro en el pueblo que se iban a convertir en el centro neurálgico sociocultural del municipio, en el que todos los paseases disfrutaron de sus mejores momentos de ocio.

En la tarde de este sábado, ya avanzado el XXI, los hijos de los hijos de los hijos, han vuelto a rendir homenaje a sus antepasados más cercanos reproduciendo una parte de su forma de vida. Incluso la brisa bajó para participar en la fiesta, no faltaron gotas a última hora.

Esta Fiesta de Principios del Siglo XX, algo único en Canarias, cuanto menos, debe cuidarse, porque ya es uno de los actos de referencia dentro del amplio programa de eventos populares de La Palma.

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Fuente

Cortesía de Roberto González Rodríguez

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