15-08-2015
Carlos M. Padrón
Estoy totalmente de acuerdo, y me siento totalmente identificado con lo que se dice en la lista que copio abajo.
Lo de mariconófobo lo puse yo, pues eso de «homófobo», además de ser una construcción gramatical deliberadamente destinada a confundir —aunque, por supuesto, políticamente correcta— es un eufemismo que me cae muy mal, como igual de mal me caería «gayófobo» ya que no veo motivo para recurrir a «rebusques» habiendo en nuestro idioma una palabra muy precisa y específica para quienes, por el motivo que sea, son varones homosexuales.
Y es que, a la lista de los defectos que siguen, debo añadir que me gusta lo de «Al pan, pan, y al vino, vino».
Por esto he dicho ya en este blog que el que hoy en día me llamen fascista, machista u homófobo, es para mí un piropo, —aunque lo de machista es algo que echo de menos en la lista que sigue—, y por eso suelo decir, pidiendo antes perdón por el virtual irrespeto, que «Mi reino no es de este mundo».
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July 30, 2015
He aquí una breve reseña de mi reputación.
En los últimos tiempos mi vida se ha complicado, por lo que agradezco que aún cuente yo con amigos que todavía se atreven a relacionarse conmigo… a pesar de todos estos mis defectos:
- Nací blanco, lo que hace de mi un racista.
- Yo no voto a la izquierda, lo que hace de mi un fascista.
- Soy heterosexual, lo que hace de mí un homófobo [o sea, mariconófobo].
- No soy de ningún sindicato, lo cual hace de mí un traidor a la clase obrera y un aliado de las grandes empresas.
- Yo soy cristiano, lo que hace de mí un perro infiel.
- Soy mayor de 60 años y estoy jubilado, lo que hace de mí un viejo estúpido.
- Yo reflexiono, sin creerme todo lo que la prensa me dice, lo que me hace un reaccionario.
- Yo valoro mi identidad y mi cultura, lo que hace de mí un xenófobo.
- Me gustaría vivir con seguridad y ver a los delincuentes en la cárcel, lo que hace de mí un miembro de la Gestapo.
- Creo que cada uno debería ser recompensado según sus méritos, lo que hace de mí un antisocial.
- He sido severamente educado, y se lo agradezco a mis padres, lo cual hace de mí un verdugo de niños que se opone al bienestar de éstos.
- Yo creo que la defensa de mi país es cosa de todos los ciudadanos, lo cual hace de mi un militarista.
Al menos somos tres lo que estamos de acuerdo con esto: Adolfo Blanco (el amigo que me ha enviado el mensaje), el que lo escribió, y yo.
Cortesía de Adolfo Blanco

Pues aquí hay alguien que tampoco tiene «su reino en este mundo» ya que me identifico plenamente con este mensaje.
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¡¡Santa Bárbara!! Ja, ja, ja.
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Pues ya «semos» cuatro 🙂
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