Un granjero y su esposa, gallegos ambos, estaban descansando en la cama; ella tejiendo, mientras él leía una revista sobre animales de granja. De pronto, él levantó la vista de la página y le dijo a su esposa:
—¿Sabías que los humanos somos la única especie en la que las hembras tienen orgasmos?
Ella lo miró maliciosamente, sonrió, y le replicó:
—¿Ah, sí? ¡Pruébamelo!
El granjero se levantó y salió de la habitación, dejando a su esposa totalmente confundida. Después de una hora, el granjero regresó, todo cansado y sudoroso, y declaró:
—Bueno, estoy seguro de la vaca y la oveja, pero, por la forma en que chilla la marrana, ¿quién puede saber si tuvo un orgasmo?

Lo único que puedo comentar es ¡JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
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