25-10-12
Carlos M. Padrón
Copio más abajo la información sobre otro de esos estudios que me satisfacen porque me dan la razón, ya que, como en 1996 dije AQUÍ, aunque lo he creído desde que tenía 19 años:
«Donde haya tensión sexual no puede haber amistad químicamente pura».
O sea, que lo que en ese caso haya entre un hombre y una mujer no es amistad sino algo que está en función de la atracción física entre ellos».
Y, como conté en Amistad hombre-mujer ya esto lo había sentenciado así Goethe.
También había dicho yo lo de ese «descubrimiento» con que termina el artículo, eso de que «Sin embargo, las mujeres reconocieron no sentirse tan atraídas por sus amigos, y tampoco se les ocurre la posibilidad de que él pueda sentir algo más que una simple amistad».
Al respecto, y aunque ya lo conté en este blog, me parece lapidaria la frase que escuché en la película inglesa Solitaire for Two —protagonizada por mi «novia» Amanda Peet—:
“El hombre por el que una mujer dice sentir sólo amistad, es en realidad un amante con el que ella no quiere acostarse”.
El problema está en que, aún no queriendo acostarse y diciendo sentirse amigas, les encanta «calentar máquinas» y hacen o dicen cosas que, a todas luces —tanto de ellas, aunque no quieran reconocerlo, como de los hombres—, caen en el ámbito de lo romántico o erótico.
Por esto afirmo que la «amiga» que mezcla la amistad con la insinuación amorosa y niega haber hecho tal cosa, no es una buena amiga sino una «amiga» peligrosa.
Aparte el toque de humor, estas definiciones son muy acertadas:
- AMIGO: Calificativo que da la mujer al hombre que tiene ese «no sé qué» que elimina toda intención de que ella quiera acostarse con él.
- AMIGA: Calificativo que da el hombre a la mujer que tiene ese «no sé qué» que añade todo tipo de morbo de querer acostarse con ella.
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25/10/2012
Por mucho que uno se empeñe, parece ser que no es posible conseguir que un hombre y una mujer, ambos heterosexuales, puedan ser simplemente amigos.
Y quienes digan que lo sean, mienten. En realidad, esa pareja desconoce que tras esa simple amistad se esconde una constante tensión sexual que puede que algún día tenga que ser resuelta.
Así lo asegura una nueva investigación de la Universidad de Wisconsin y de la que se hace eco la revista Scientific American.
Los investigadores asegura que, por mucho que los humanos se empeñen en pensar en que «sólo somos amigos», en realidad, la posibilidad del nacimiento de un romance es muy probable.
Para comprobar la viabilidad de una posible amistad entre dos personas de diferente sexo, los investigadores analizaron las relaciones de amistad de 88 parejas de amigos, y comprobaron que ellos se sentían atraídos por sus amigas.
Incluso, la mayoría cree que este sentimiento de atracción lo experimentan también ellas. Sin embargo, las mujeres reconocieron no sentirse tan atraídas por sus amigos, y tampoco se les ocurre la posibilidad de que él pueda sentir algo más que una simple amistad.
Fuente: ABC
