E-mails cruzados entre el 10 y el 15 de octubre de 2003.
Carlos M. Padrón
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«Call IPL»
Estas dos historias son cortas pero muy simpáticas. Posiblemente Francisco (Paco) López se acordará de las personas que las protagonizaron, ya que él estaba también allí cuando ocurrió la primera de las historias.
Creo que una de las damas protagonista hizo después «carrera» en IBM.
Como ya comenté, en IBM-Capriles se daban clases tanto a clientes como a analistas de GSD.
Recuerdo que estaban dando un curso del S/34 para nuevos analistas, y había una analista leyendo en el manual, que estaba en inglés, cómo inicializar la máquina. El manual decía algo así:
- Insert the diskette
- Call IPL
- …
De pronto, la analista se volteó y preguntó:
—¿Qué significa CALL IPL?.
Y alguien le contestó:
—Llama IPL.
Pero ella, incrédula, volvió a preguntarlo, y la respuesta fue la misma,
—Llama IPL.
En eso, vemos que se acercó a la CPU y empezó a decir:
—IPL,… IPL,… IPL,…—, aumentando cada vez más el volumen de su voz.
Luego se volteó y exclamó:
—¡Pero no hace nada! ¡¡No me contesta!!
Ya se pueden imaginar la carcajada general de los presentes. Y la muchacha analista, bastante avergonzada, se retiró y no volvió a aparecer en toda la tarde.
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«La máquina está enfermita«
Había otra analista (que antes no lo era,… pero mejor no dar más datos) que su ineptitud en el uso del S/32 la escondía con la frase «La máquina está enfermita».
Ya me tenía hasta el gorro con eso, pues a cada momento estaba reportando la máquina al Departamento Técnico y la causa era siempre «La máquina está enfermita».
Pero la máquina nunca tenía nada; el problema era la ineptitud de la muchacha.
Hasta que un día fui a ver a su jefe y le dije que buscara una solución ya que yo no podía estar a cada rato viniendo a ver qué tenía la máquina para descubrir que el problema era siempre la incompetencia de la analista.
Dicho y hecho: ¡al poco tiempo la nombraron gerente!
Otra clara demostración de la aplicación del Principio de Peter.
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Recuerdo el caso de una señora, perforista ella, que en IBM-Capriles estaba haciendo un curso para trabajar con en el nuevo equipo 3742,… ¿ó 3472? No recuerdo bien.
La señora se puso sus audífonos y empezó a escuchar las instrucciones, que decían algo así como: “Saque el diskette de la envoltura e introdúzcalo en la ranura, etc.”.
Y como los diskettes de la época eran los de 5¼”, flexibles, de color negro y que funcionaban dentro de una funda, la señora empezó a sacarle la funda.
Y cuando la rompió totalmente y extrajo de ella el diskette, delgado y flácido, trató de introducirlo en la ranura, pero sin éxito, por supuesto.
Cuando «El Perro» se dio cuenta, no les cuento lo que le dijo a la sorprendida señora.
¿Recuerdan quién es “El Perro”? Imagino que sí.



El System/32.
Casi todos los números los he olvidado, y cuando leo comentarios sobre aquellas máquinas, algunas veces me veo obligado a ir a Wikipedia para recordarlas y recordar cómo eran sus paneles de control con sus luceros, sus I/Os, o sus unidades de almacenamiento.
Pero la /32 fue la máquina que mejor conocí —su microcódigo abierto se parecía a una Apple II, en su sencillez—, pero no sólo fue la máquina que mejor conocí sino la última que aprendí, y también la olvidé, y sólo vine a recordarla en los días en que unas computadoras, de usuarios colombianos, pasaron la mayor prueba de fuego jamás conocida.
Y es que las computadoras siempre han tenido un firmware que los técnicos entrenados para eso lo saben usar. Eso da para todo, hasta para convertir a Galatea en una mansa paloma.
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Creo que reconozco a las analistas involucradas en estos cuentos, aunque no recuerdo sus nombres, y, como caballero, al igual que Masina y López, no daré ninguna otra pista.
Quiero añadir que cuando renuncié a IBM y me mudé a Chile, en horario nocturno —es decir, después de las horas de trabajo— desarrollé e instalé en un S/32 un sistema global para una empresa de Seguros. Recuerdo que la computadora trabajaba cerca de 20 horas diarias, y nunca falló.
Respecto al S/34 me tocó desarrollar en instalar un sistema tan potente como el SAFE, pero con una interacción muchísimo más completa entre las aplicaciones. En ese entonces yo trabajaba para un Banco. El sistema era tan potente que los vendedores de IBM de Chile me pedían a menudo demostraciones y presentaciones. Lo denominamos Republic National Bank – International Banking Iinformation System (RNB IBIS), y lo vendimos e instalamos en cuatro países y en otros tres Bancos locales.
Después, IBM de Chile me llevó a un CLAB en Panamá, donde entrené a un analista de esa empresa para que presentara el sistema. IBM vendió varios S/34 gracias a las demostraciones del RNB IBS.
A pesar de la cantidad importante de terminales conectados, las fallas fueron casi inexistentes durante varios años, hasta que fueron reemplazados por S/36 y después por S/38, y todo fue desarrollado en RPG II.
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Leo, danos las iniciales, por lo menos. Nos dejas con la intriga de la «enfermita».
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Alberto, seguro que es la que tú te imaginas, pero prefiero no dar datos ni pistas para que nadie se pueda sentir aludida o pueda haber especulaciones. De paso, sé que Carlos no lo permitiría.
Una cosa es cierta, y seguro que me «ametrallarán»: no soy machista, pero las «pifiadas» que he visto hacer a analistas del sexo femenino, ni de lejos las he visto hacer a analistas del sexo masculino.
Además, la prueba está en que casi todos los analistas de sexo masculino que se fueron de IBM, se fueron a ocupar la posición de jefe del centro de procesamiento de datos de algún cliente. Que yo recuerde, o haya sabido, no ha pasado lo mismo con las del sexo femenino.
Ya estoy preparando la diana, para que puedan dispararme.
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