[*FP}– Del baúl de los recuerdos: La 1401

Al igual que lo de «Esto empezó con la 1620 instalada en la UCV«, los escritos que copio más abajo fueron intercambiados por e-mail comenzando el día 29 de agosto de 2003, o sea, hace hoy exactamente OCHO (8) años.

Mis excusas por la repetición.

***

Carlos M. Padrón

La IBM 1401 fue la primera computadora que vi en mi vida. Estaba instalada en el Banco Francés e Italiano (BFI, con sede principal en la Avda. Urdaneta cruce con Avda. Fuerzas Armadas), que luego fue “Banco Latinoamericano de Venezuela, C.A. Sudameris”, y luego, cuando lo compró Pedro Tinoco, Banco Latino C.A.

Las malas lenguas dijeron entonces que se escogió ese nombre porque al incorporar a “Latino” las siglas de compañía anónima (C.A.) el resultado era LATINOCA, o sea, la hacienda de Tinoco.

Como se recordará, el Banco Latino quebró en 1994 durante la crisis financiera.

Esa 1401 era igual a la de la foto que sigue, excepto por que no tenía ni la muchacha ni el tambor de discos que en la foto aparece al fondo y a la derecha. Creo que tenía 8K de memoria.

Mi “encuentro” con la 1401 ocurrió en 1963, o sea, hace 40 años.

Siendo yo vendedor de Olivetti y especialista en las máquina llamadas Audi, me asignaron la cuenta BFI porque Olivetti había instalado con éxito en Europa una solución en base a la cinta de papel perforada de sus máquinas Audi, y esa solución, que corría en una 1401, podía adaptarse para Bancos.

Hice la oferta al BFI, y Claudio Santilli, que era el DP Mgr del BFI, me pidió que, para empezar, programara en un par de Audi la aplicación para cuentas corrientes y de ahorros que, en base a tarjetones y libretas, y máquinas NCR y Burrough’s de registro directo, tenía el Banco instalada desde hacía años.

Puse manos a la obra. Con una especie de comisión de gerentes del Banco, encabezada por su presidente, de apellido Belloni (su nombre lo pronunciaban Joaquín pero creo que se escribía Gioacchino), y coordinada por Santilli como interfaz primaria conmigo, acordé el diseño de los tarjetones que querían.

Olivetti imprimó un lote de tarjetones para las pruebas (las libretas de ahorro serían las mismas ya en uso), e instalé un par de Audi en la sede del BFI con las cuales di demostraciones a la tal comisión.

Realicé los ajustes que pidieron, y, cuando esa parte estuvo lista —así como la cantidad de Audi que comprarían, el precio, las condiciones, etc.—, vino el gran problema: cómo leer y pasar a una computadora 1401 la cinta de papel que las Audi perforarían como producto de su trabajo.

Yo sabía, por los manuales que me habían servido para entender y programar las máquinas Audi, que en Europa se usaba para eso la IBM-3903, que, como en IBM aprendí después, era un RPQ (Request Price Quotation) de no sé qué máquina.

Pero cuando el BFI le pidió a IBM de Venezuela la 3903, la respuesta fue que no existía, respuesta que podía entenderse por cuanto IBM, al ver en el BFI las Audi en demostración, se puso a buscar algo con qué competir para ganar el negocio e impedir que Olivetti entrara en ese Banco.

Ante esta respuesta, Olivetti puso en manos del BFI toda la documentación que acerca de la 3903 había yo conseguido desde Olivetti HQ, y el BFI se la entregó a IBM como prueba de que la 3903 sí existía.

Ante esto, IBM no tuvo otra opción que traer de Europa esa lectora de cinta de papel y conectarla a la 1401 del BFI.

Hacer que la 3903 leyera la cinta de papel de hueco cuadrado que producían las Audis fue otro cantar, en cuya poco melódica y desagradable “entonación” conocí a los primeros técnicos y analistas IBM que literalmente «parieron» por semanas hasta que la 3903 hizo a satisfacción su trabajo.

Para variar, no recuerdo sus nombres ni las caras de casi ninguno de los IBMistas que intervinieron en esto; sólo me viene a la memoria, y por razones “aromáticas”, la cara de Luis Somoza.

Así logré vender un montón de Audi que luego tuve que instalar, personalmente y ayudado por dos instaladores, en todas y cada una de las agencias importantes del BFI a nivel nacional.

Junto con mis instaladores y dos funcionarios —Rafael Masiello (q.e.p.d.) y Luis Guirado— que el BFI había destinado para eso a tiempo completo, me recorrí casi la total la geografía del país.

Pero fue el ver, en vivo y en directo, cómo actuaban, se fajaban y comportaban los técnicos y analistas de IBM, y cómo era su relación entre ellos y con el cliente, lo que me llevó a decidir que yo haría todo lo que fuera necesario para entrar en esa compañía.

A comienzos de 1967, y a petición mía, Claudio Santilli me hizo un contacto con IBM, fui al Edf. Mene Grande y presenté los exámenes.

A los pocos días me llamó la Sra. Rebeca Perli y me dijo que los había aprobado, pero que quedarían archivados a la espera de que IBM necesitara personal.

Casi dos años más tarde —y dos negocios más ganados por mí a IBM: IVSS y CANTV— supe que IBM estaba buscando personal, así que llamé a la Sra. Perli y recibí de ella dos malas noticias:

1) Lamentablemente, mi expediente, al igual que muchos otros documentos, se había perdido en el desastre causado por el terremoto de julio/1967, y que, por tanto, yo debía presentar de nuevo los exámenes.

2) Aunque no hubiera ocurrido la pérdida de mi expediente con los exámenes aprobados, no podían contratarme porque Olivetti había presentado ante IBM una queja formal por “robo” de personal, pues desde Olivetti y para IBM se habían ido, a la fecha, José (Pepe) Martínez Montalvo (q.e.p.d.), Carlos Pérez Requejo, y Miguel Cabrera. Mi única posibilidad era que yo dejara Olivetti y tocara de nuevo a las puertas de IBM por lo menos seis meses después.

Fiel a mi decisión, en marzo de 1969 —y poco tiempo después de haber regresado de Ivrea (Italia) donde están los HQ de Olivetti, de un viaje premio y de contribuir al diseño de la nueva familia de terminales bancarios que Olivetti quería lanzar al mercado— renuncié a Olivetti y me fui a trabajar con Santilli en PRODACA, un data center que, usando los equipos del BFI, había montado él en sociedad con Leonello Andreassi, también funcionario del BFI.

Allí esperaba pasar yo tranquilo los 6 meses reglamentarios, pero en junio de ese año murió mi padre, y su muerte me dejó tan destrozado (de hecho, es el golpe más duro que he recibido hasta la fecha) que quedé en la actitud que él, mi padre, habría descrito con la expresión, creo que cubana, de que todo «me daba lo mismo atrás que a las espaldas”.

Contra el suelo, vuelto ñoña y moviéndome por inercia en mi trabajo con PRODACA, en septiembre de 1969 me topé con Carlos Pérez Requejo en la esquina de Urapal, me dijo que IBM estaba buscando gente, que aprovechara y fuera de nuevo, y, sin saber cómo ni por qué (estoy convencido de que fue obra de mi padre), un par de días después me fui una mañana al Edf. Mene Grande, presenté otra vez los exámenes —con cero nervios, pues todo me daba lo mismo atrás que a las espaldas, o sea, que me importaba un pito— y poco días después me llamó a mi casa al Sra. Perli para que fuera a unas entrevistas.

A pesar de la oposición de algunos IBMistas de entonces, y después de ser entrevistado por Humberto Ribadeneira, Rainer Barany y José Avendaño, el día 1° de octubre de 1969 entré por fin en IBM de Venezuela.

En mis solicitudes —la de 1967 y la de 1969— yo había pedido la posición de analista de sistemas (SE), pero cuando ya mi Entry Level Training (ELT) estaba por terminar, José Avendaño me dijo que yo iba para Ventas, sí o sí, y en el área de Banca, pues después de haberle ganado a IBM tres negocios ejerciendo yo como vendedor de competencia no iban a darme otra posición que no fuera ésa. Y para Ventas fui como RV (Representante de Ventas).

Debuté como RV Trainee ayudando a Juan Llorens con las cuentas de su territorio, especialmente con Banco de Venezuela, que era la mayor.

Fuera y dentro de mi familia yo siempre había sido Carlos Padrón, y ese nombre no me había creado problema alguno. Pero a poco de estar en IBM descubrí que, tan sólo en el medio relacionado con la computación, había nada menos que seis Carlos Padrón.

Así que, para evitar confusiones, desenterré la inicial de mi segundo nombre, que es Miguel, y comencé a usar Carlos M. Padrón tanto en la correspondencia como en las tarjetas personales.

Fuera de ese medio siguen llamándome Carlos Padrón.

***

Antonio Lalaguna

Ahora ya sé de quién fue el invento de la dichosa lectora de cinta de papel que había en el BFI. Gracias, coño, por los malos ratos pasados.

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Carlos M. Padrón

A lo dicho más arriba vino a refrescar mi memoria el mensaje que acaba de llegarme por e-mail con el “agradecimiento” de Antonio Lalaguna por los muchos “buenos ratos” que la 3903 le hizo pasar en el BFI.

Esta demostración de tan noble sentimiento llegó un poco tarde, pero llegó, aunque debo disculpar a Antonio ya que, según él mismo reconoce, fue por el Release 1 de este artículo por donde por fin supo de quién había sido el invento de la dichosa lectora de cinta de papel que había en el Latino [BFI].

Antonio: Felicitaciones, aunque tardías, por lo feliz que te hizo la 3903. ¡Qué malagradecido!

¡De nada, Antonio, de nada! 🙂

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Ramón López

Las primeras 1401s tenían una memoria de 1.4 Kb,  y había de 2 K. A Venezuela llegaron todas con 4 K o más. El límite era 16 K.

El especialista de  esta máquina era Hugo Smitter.

En octubre de 1962 hice una sugerencia modificando algunos circuitos de la 1620, pues cuando esta máquina multiplicaba tomaba 4 ciclos de 20 microsegundos por cada dígito, pero, con la modificación por mí propuesta, cuando encontraba ceros hacía que el shift  saltara al próximo dígito, ahorrando así mucho tiempo, pues, normalmente, en cualquier cantidad hay un buen porcentaje de ceros, y con esto se acortaba el tiempo de la multiplicación.

Mi idea no la pusieron en la 1620  sino en la 1620 II, que fue anunciada unos meses después.

Por esta sugerencia me dieron un premio, y a fin de año, otro, por haber sido ésa la mejor sugerencia del Área.

A  Pepe Martínez Montalvo le ayudé a entrar en IBM. Él estaba casado con una chica que era prima del esposo de mi prima Rosario, que vive en Asturias. Pepe (q.e.p.d) era una magnifica persona.

***

Manuel Alberto Gutiérrez

Todo lo enviado se refiere a computadoras. Nadie menciona las maravillosas máquinas denominadas «Registro Unitario», o Tabulating Equipment. El verdadero multiproceso de las 024/026/056 y 059, 077 y 088, 557, 082/083 y 101, 513 y 514, 402/403/421 y 407, 602/604 y 607. Y con las tarjetas de 80, y sí, ¡de 81 columnas! 

Fue el nacimiento de lo que hoy tenemos, pero SIN virus ni gusanos ni problemas.

La verdad es que mi ingreso al procesamiento automatizado fue con UNIT RECORD en 1959 en el Ministerio de Hacienda, en Costa Rica, cuando me pasaron a trabajador en «Departamento IBM» como se llamaban antes  (gran mercadeo). 

Después de botar tarjetas porque tenían huecos de corte perfecto y creí que se las habían comido las polillas, pasé el examen de IBM y los cursos iniciales, y luego entendí lo de las «perforaciones» y me acostumbré a perforar.

Dicho esto, me doy cuenta de que he estado en «esto» desde 1959 (no sé qué mes), o sea, por cuarenta y cuatro años. Empecé a los 19.

19 comentarios sobre “[*FP}– Del baúl de los recuerdos: La 1401

  1. Leyendo estas historias me acuerdo de la migración de aplicaciones, en el recordado DCS del edificio Mene Grande, de la 1401 al sistema DOS/360, allá por 1968/1969.

    El mayor logro era en la conversión del tape sort de la 1401 al sort de la /360.

    Un hijo mío estuvo recientemente estudiando leyes internacionales en la Universidad de Granada y, para su sorpresa, graduado como es de Computer Science en Florida University, se dio con la palabra «ordenador».

    Yo le expliqué los logros que significó el poder «ordenar» información para su posterior análisis, lo que seguramente llevó a su uso.

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  2. Javier, me has tocado un punto para mí sensible: la palabreja ordenador aplicada, injusta y ridículamente en mi opinión, a lo que en los más de los países se llama computador.

    Según ya he dicho en este blog, aquellas viejas máquinas que llamábamos unit record, y en particular las clasificadoras, sí merecían el calificativo de ordenadores porque ordenar era lo más complejo que hacían.

    Creo que fue de eso de lo que se agarraron los franceses, molestos siempre con los useños porque éstos les sacaron las patas del barro en la Segunda Guerra Mundial y porque en lo relativo a informática se quedaron en sus máquinas ordinateur y no pudieron competir con IBM.

    Y luego, cediendo también al rechazo a todo lo inglés, y en especial a lo useño, los españoles, a pesar de que se llevan muy bien con los franceses, adoptaron lo de ordenador tomándolo del francés,… y ahora dicen que es porque computador/a les suena mal.

    No me extraña la sorpresa de tu hijo. Tal vez debas contarle que hubo una época en que en España al byte lo llamaban octeto.

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  3. La mención que hacen de José (Pepe) Martínez-Montalvo, no tengo más que reconfirmarla: era un «buenagente» que no cabía más. ¡Qué hombre para tener un buen corazón! A todo el que se le acercaba le tendía la mano y, además, con cariño.

    Una vez, refiriéndome al uso de su apellido «Martínez-Montalvo», le pregunté: «Pepe, ¿por qué usas ese nombre tan largo?». Y me dijo: «Pues porque mi madre también tuvo que ver con este asunto».
    .

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  4. De las 1401 recuerdo la del Banco Ítalo Venezolano, en Valencia, con 3 unidades de tape (cinta).

    Mario Stella «padre», (q.e.p.d), escribió un programa para hacer la clasificación de los registros de los estados de cuenta del Banco y, cuando la 1401 se ponían a clasificar, los operadores establecían guardias especiales para realizar el trabajo.

    Posteriormente, cuando llegó la /360-30 y le cargaron el programa de sort de los discos 2311, la máquina sólo tardo un par de minutos, y el supervisor de la instalación mandó a hacer un listado para verificar la secuencia de los registros porque, para él, era difícil de creer que el trabajo terminara tan rápidamente.

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  5. Recuerdo una anécdota de un cliente, que estaba por Sabana Grande y tenía una /360-30 a la que había migrado desde una 1401 y, antes había tenido, de tabuladora, no sé si la 407 o la 421.

    El hecho era que la /360-30 no era tan rápida, así que, averiguando, algún analista de IBM descubrió que la 1401 corría en emulación de 407/421 y, por supuesto, la /360-30, en lo hacía en emulación de 1401, o sea, que era una /360-30 que prácticamente emulaba a una tabuladora.

    Al no conocer ninguna de ellas, sólo refiero la anécdota que me contaron, y el hecho de que, cuando el analista IBM modificó los programas, la /360-30 corría los corría como si le hubiesen instalado un «turbo».

    Esto me lo contaron en el proprio cliente y, por supuesto, consideraban al analista como un genio.

    Lo que más me sorprende es que se trataba de una multinacional de altísima reputación y, supuestamente, los programas eran «made in USA».

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  6. Creo que el técnico era José Antonio González quien, según Jaime Villalta, salió repotenciado de la operación hace ya casi un año.

    Buen navegante.

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  7. Exacto, Carlos: No quise dar nombre, pero el cliente era ése.

    Lo que más me sorprende es que una multinacional metiese la pata hasta ese nivel y que sólo en Venezuela alguien se diese cuenta.

    Algo así de raro lo vi también en Texaco, con un programa en Fortran, desarrollado en USA, que aparentemente costó una millonada, y que calculaba la productividad de los pozos corriendo en una 1130 modelo rápido.

    Una vez se atascó la máquina y, por supuesto, la culpa se la echaron al hardware, hasta que me costó averiguar que la causa del problema era que, al ser ese año bisiesto y estando a primero de marzo, al poner a dividir por 29, lo cual no estaba contemplado en el programa, aquello se volvía un ocho.

    Son de esas cosas que uno no se explica cómo una empresa de software pueda cometer errores garrafales de tal envergadura.

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  8. Leo, una explicación que se me ocurre para los dos casos, es que a quien hizo los programas le dijeron que eran para un país del Tercer Mundo

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  9. Vicencio, el hecho no es lo que tenían, sino que una empresa de esa envergadura emulase máquinas antiguas. Puedo entenderlo en un cliente con pocos recursos, pero en una multinacional me parece demencial.

    Lo que me sorprendió es que, tanto en 1983-84 como en 1986-88. entando yo en el Lab de Glendale para el desarrollo de la 4381 y 4221, todavía a esa altura se contemplaran «emulaciones» en esas máquinas, y no sólo a nivel del sistema operativo, sino también a nivel del microcódigo, para que luego el sistema operativo pudiese emular máquinas y funciones obsoletas.

    Una cosa que la gente parece que no entiende es que las emulaciones no es que ralenticen las máquinas sino que las ponen a ir como tortugas.

    Para eso que se hubiesen quedado con la 407 o hubiesen montado una /360-20 que, en práctica, no era nada más ni nada menos que una «tabuladora electrónica», con esa 2560 (lectora, perforadora, clasificadora, impresora de tarjetas) que hacía prácticamente todo lo de un centro UR, como se llamaban.

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  10. Un abrazo, Leo.

    Yo pienso que hay que vivir el momento y ponerse en los pantalones de un gerente de aquellos días.

    A la distancia, luce demencial, pero la realidad es que reemplazar seis 407 por un cajón con unas luces, y que el cajón haga el mismo trabajo, es ganancia, reduce espacio y consumo de energía, disminuye personal, y la instalación es sumamente rápida.

    La migración puede ser hecha por el mismo personal de la empresa y tomarse el tiempo que se requiera.

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  11. Vicencio y Leonardo: recuerden que las aplicaciones se fueron sofisticando a medida que avanzando el «desarrollo de sistemas».

    La /360-20 era en sí un centro U/R que ofrecía mayor velocidad y ciertas ventajas para realizar ciertos procesos que involucraban varias máquinas de registro unitario, con una confiabilidad superior.

    La 2560 era una máquina fabulosa si la comparamos con una 077 o una 557; realmente fallaba, pero, comparando la frecuencia de fallas, era una máquina muy estable.

    Considero que el gran problema de esa máquina eran las expectativas que se le señalaban al cliente y la experiencia de los propios técnicos, guardando las distancias y sin ánimo de polemizar.

    Hubo una 2560 famosa en Gases Industriales que hizo más famoso a Uwe Petersen. Ocurría que el cliente tenía unos archivos en tarjetas del año de cataplún y se empeñaba en que la pobre 2560 las manejara como una 407, que era un tractor para leer tarjetas.

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  12. Vicencio y José: lo que ustedes dicen es verdad; no soy quien para ponerlo en duda.

    Visto ahora, después de más de 40 años —que, según la teoría de Vicencio, no son 40 años solares, sino 40 años IBM—, cuando la tecnología informática ha avanzado a velocidades astrales, es como rizar el rizo.

    José, la /360-20 con su 2560 fue una grandísima ayuda para muchos clientes para pasar de los hierros a electrónica. Y hay que ver lo que ha rendido esa máquina, porque la grandísima mayoría de los clientes, eran «card system», o sea, sin discos ni cintas: puras «tabuladoras electrónicas».

    Voy a contarles una anécdota que viví en 1983, cuando llegué al Lab. de Glendale.

    Justo en esa época, conjuntamente con el Lab. de Rochester, IBM quería desarrollar una máquina común, que fuese /370 y compatible /36 y /38.

    Al final la cosa no cuajó al 100%, pero las máquinas, electrónicamente, eran un 75% similares, para no decir casi parecidas, sólo que la de Rochester, que se llamó AS/400 llegó a cuajar muchísimo mejor que la 9370 de Glendale.

    Lo que las diferenciaba era el microcódigo de emulación: el del AS/400 tenía mejor rendimiento que el de la 9370.

    Según me habían comentado, lo que pretendían era que las dos máquinas fuesen, como hardware, una sola, pero vendible con 2 microcódigos, emulando a /370 o a AS/400, para correr los correspondientes sistemas operativos.

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  13. Otros detalles técnicos curiosos, que a mí me sorprendieron cuando me enteré, es que el mismo chip de memoria que se utiliza en un simple PC, tecnológicamente y estructuralmente es el mismo que el de los más poderosos y sofisticados main frames.

    En una oblea, de unos 10 cm. de diámetro, salen no sé cuántos chips de memoria, los que no pasan los primeros cortes de test, son descatados y vendidos a otros fabricantes; ellos les pasan otros tests y producen chips de memoria para PC, PLC y otros dispositivos de baja velocidad.

    Luego, los tests van pasando, incrementándoles las velocidades, y así se van obteniendo rangos de chips que funcionan a diferentes velocidades. Los que lo hacen a mayor velocidad, que son los menos, se utilizan en los grandes main frames, por eso son muchísimo más caros y así, bajando el rango, se van utilizando en máquinas de menor velocidad, hasta llegar a los servers y los PC.

    A veces de una oblea no se logra obtener un chip que funcione a una determinada velocidad de corte requerida.

    Vicencio y José: no sé si en otras máquinas era lo mismo, pero la que yo conocí bien fue la 4381 y sus varios modelos, que estructuralmente no habían cambiado, aparte las correcciones lógicas de hardware y microcódigo.

    Los cambios de modelo no eran, nada más ni nada menos, que utilizar módulos que funcionasen a mayor velocidad.

    O sea, que después del anuncio —en el que salieron primero el Mod 1 y el 2, luego el 11 y el 12, y finalmente el 21 y 22—, no se trató, nada más ni nada menos, que de un perfeccionamiento tecnológico de producción de los módulos MCM que podían soportar el trabajar a mayor velocidad.

    Lo que se hacía era sólo aumentar el clock y cambiarle los MCM que les permitían trabajar a esa velocidad. Los MCM de menor rendimiento se utilizaban en las máquinas más lentas pero eran en sí exactamente la misma máquina.

    Es que, una vez terminado el desarrollo de una máquina, y luego de su anuncio y primeras instalaciones, prácticamente el 90% de los diseñadores pasaban al diseño de una nueva máquina, quedando para modificaciones y correcciones sólo una reducida parte de diseñadores.

    Donde sí siguen trabajando es en los laboratorios de tecnología —East Fiskkill, Burlington, Esoons (Francia), y Sindelfingen (Alemania)— en los que se van mejorando los procesos de fabricación y se va obteniendo mayor rendimiento en los módulos, para así poder obtener mejores prestaciones y poder tener máquinas que funcionen a mayor velocidad.

    Comparándolo a un carro, en éste los modelos varían según la potencia del motor, que cambia de uno a otro. En la 4381, el motor era siempre el mismo, sólo que se lograba sacarle mayor rendimiento.

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  14. Hola, Alberto.

    De tu comentario cito:

    «Nadie menciona las maravillosas máquinas denominadas “Registro Unitario”, o Tabulating Equipment. El verdadero multiproceso de las 024/026/056 y 059, 077 y 088, 557, 082/083 y 101, 513 y 514, 402/403/421 y 407, 602/604 y 607. Y con las tarjetas de 80, y sí, ¡de 81 columnas!».

    En verdad, yo creo que la gente no lo hace porque es como ir a lo profundo. Pero si queremos entender una maquinita de esas laptops que hay ahora, de lo que hacen y de lo que son capaces de hacer, tendríamos que ir a aquellos vejestorios como la 158, que en su tiempo eran cosas maravillosas pero que en los ’70s pasaron a ser jarrones chinos.

    Si mal no recuerdo, esta máquina ocupaba un espacio como de 8 metros cúbicos, la mitad de los cuales los usaban dos canales selectores, y el resto el procesador y un canal multiplexor.

    Llegaba a tener la bicoca de 4 megabytes de memoria. Esta enorme máquina, a su vez, no era sino una 604, con la diferencia de que en ésta se podían asar chorizos sobre el extractor de aire, y sólo disponía de un programa de 60 pasos de programa max.

    Todas las máquinas que mencionas son un dechado de ingeniería, y en ellas están los principios básicos de la computación, memorias o storage, atiempamientos, puertas o gates,… cosas todas que se afinaron en unidades como la 604, y lo demás fue cosa de sustituir tubos por transistores, storage por memorias, motores por clocks, y así paulatinamente hasta el día de hoy.

    Quizás me atrevería a hablar de algunas de ellas, pues son pieza fundamental de mis razonamientos, pero preferiría no hacerlo por ahora.

    Espero que mi comentario te haya tranquilizado un poco, en la seguridad de que, si no hubiesen existido esas unidades, nada de lo que vino después habría venido, y ninguno de los comentarios que has leído, los habrías leído.

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  15. Buenos días, Sr. Padrón.

    ¿Será posible que usted tenga referencias del puente de la Av. FFAA (fotografías, datos de constructor, artista que colocó murales a ambos lados de este puente,…). Esto es determinante para detener la demolición de murales.

    Saludos.

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  16. Pues no, lamentablemente no tengo nada de eso,

    Es más, aunque resulte paradógico porque trabajé durante 7 años en una compañía cuyas oficinas estaban al lado de ese puente, hace muchos más años que no voy por ahí, y ni siquiera sabía yo de la existencia de esos murales.

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  17. Buenos dias Sr. Padrón, será posible que usted tenga referencias del puente de la Av. FFAA (fotografias, datos de constructor, artista que colocó murales a ambos lados de este puente) …esto es determinante para detener demolición de murales
    Saludos

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