03/11/2010
La similitud entre las condiciones ambientales de Tenerife y las de Marte han convertido a esta isla canaria en punto de referencia para estudios relacionados con el planeta rojo.
El Organismo Autónomo de Museos y Centros (OAMC) colabora desde hace meses en un proyecto que permitiría a geólogos planetarios tomar Tenerife como campo de pruebas para el estudio de Marte.
Según este proyecto, las analogías existentes entre el planeta rojo y algunas zonas de Tenerife convierten a esta isla canaria en el lugar idóneo para las pruebas de los instrumentos que viajarán a Marte y que revelarían vida pasada o presente en ese planeta.
El pasado viernes, un equipo investigador probó en Las Cañadas del Teide, el instrumento Raman que se enviará en la próxima expedición al Planeta Rojo, ESA-NASA Exomars, de 2016-2018.
Este grupo de investigadores estaba compuesto por Jesús Martínez-Frías, geólogo planetario del Centro de Astrobiología del CSIC, Fernando Rull, catedrático de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Valladolid, y Goestar Klingelghoefer, investigador de la NASA y uno de los científicos pioneros en el hallazgo de agua en Marte, así como de colaboradores del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife.
Fernando Rull indicó que los ensayos realizados el pasado viernes en la denominada zona de los azulejos de Las Cañadas, fueron un éxito y destacó que las características del terreno son óptimas para este tipo de análisis.
Asimismo, Rull hizo especial énfasis en las facilidades para el acceso a las zonas de estudio, lo cual, unido a las características científicas, convierten Tenerife en un lugar idóneo para la prueba de instrumentos.


Carlos, tengo recuerdos muy vagos de Tenerife, ya que pasé por allí un solo día, cuando tenía menos de 5 años de edad, y estaba migrando del norte de Italia a Venezuela, a fines del año 1947, aproximadamente, y a poco de terminada la Segunda Guerra Mundial.
Estábamos en un barquito que no tenía barandas en la cubierta, y recuerdo que mi madre (QEDP) se desesperaba por el peligro de que yo me cayera al mar, pero ése es otro cuento.
Fue la primera vez que comí cambures (plátanos, bananos), y que gocé de una temperatura cálida.
Tengo muchos sentimientos encontrados de esa época, pero nunca olvidé lo poco que conocí de esta isla.
Un abrazo.
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Pues ya sabes lo que tienes que hacer, Sergio: ir de vacaciones a Tenerife.
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