[*Otros}– Los Canarios en América / José Antonio Pérez Carrión: Dr. Francisco Campos y López

El auditor honorario de guerra y marina, Excmo. Sr. Dr. D. Francisco Campos y López, nació en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife hacia el año 1814.

Vino a Cuba después de haber cursado el bachillerato en la Universidad de San Cristóbal de La Laguna, concluyendo su brillante carrera literaria en la Universidad de La Habana, llegando a ocupar en la misma docta corporación el elevado puesto de vice-rector en propiedad y rector interino.

Durante muchos años desempeñó la cátedra de Derecho Patrio.

Fue varias veces concejal del Ayuntamiento de La Habana y perteneció a numerosas corporaciones literarias, científicas y de beneficencia.

Humanista consumado eminentísimo, su saber corría parejo con su modestia. Hablaba el ilustrado hijo de las Canarias siete idiomas con toda perfección, entre ellos el griego y el ruso.

El año de 1855 fue propuesto para diputado a cortes por uno de los partidos que en su provincia se disputaban el puesto, pero, vencido por el denominado «El Progresista», que a la sazón capitaneaban D. Pedro Mariano Ramírez y el Dr. D. Gregorio Suárez Morales, defendió su acta brillantemente desde la Barra.

Tenía nuestro sabio comprovinciano un corazón de dama, ornado de los más bellos sentimientos, y jamás se verificó que llegase a sus puertas ningún comprovinciano suyo solicitando justicia que el eminente jurisconsulto canario no se las dispensase saliendo en su defensa. Estaba condecorado con la gran Cruz de Isabel la Católica y otras varias distinciones.

Jamás el Dr. Campos dejó de tomar parte activa en todas cuantas suscripciones se promovieron en bien de su país, y comprovincianos en América.

Cuando se trató de las suscripciones para la construcción del Teatro de Santa Cruz de Tenerife —1847—, Hospital de Desamparados —1861—, de la de 1863 para socorrer a los huérfanos y viudas de la fiebre amarilla, etc., el distinguidísimo canario siempre estuvo en su puesto, influyendo con su poderosa palabra y con su dinero para la mas pronta realización de aquellas obras de fomento y de caridad.

Falleció este ilustre hombre en Madrid, hallándose entregado a sus asuntos particulares.