A MI MADRE
Para vosotros, queridos hermanos,
esta página consagrada a aquélla
que nos diera el ser.
Desde tu vientre, el néctar de la vida
empecé a disfrutar, con tus amores;
desvelos de mi infancia en los albores
y los cariños que tu pecho anida.
Así, cuando mi edad fue más crecida,
el consuelo tú fuiste en mis dolores;
y siempre, en el raudal de tus ardores,
te he visto para mí de amor henchida.
Tu cariño es tan puro, madre amada,
que, si antes que mi ser has de expirar,
cuando estés del Señor en la morada,
por tus hijos con ansia has de rogar.
¡Por eso, madre, tanto creo en ti,
porque hasta muerta velarás por mí!

Bello poema, que expresa muchas cosas hacia esa madre que nos dio el ser y supo
cuidarnos hasta después de adulta, en mi caso. Estela
Me gustaMe gusta