11-05-10
Carlos M. Padrón
A una semana de haber publicado aquí el artículo Del baúl de los recuerdos de IBM: Dos genios, éste ha recibido algunos comentarios, y yo algunos e-mails, en algunos de los cuales —tanto comentarios como e-mails— se ratifica lo dicho en el artículo, pero en otros se argumenta que en IBM-Venezuela hubo otros genios además de Hugo Smitter y Fernando Lacoste.
No niego que los hubiera, y por eso en el mencionado artículo no dije que Hugo y Fernando fueran los únicos. Pero ocurre que sí son los únicos acerca de cuyas genialidades sí he recibido opiniones y relatos de diferentes IBMistas (caso de Hugo), y en el caso de Fernando no sólo ha ocurrido lo mismo sino que personalmente pude vivir y comprobar varias de sus genialidades y el tremendo alcance que una de ellas tuvo.
Si acerca de otros IBMistas recibiera yo informaciones de diversas fuentes, como las recibidas acerca de Hugo, y detalles de las genialidades de esos otros, con gusto escribiría en este blog acerca de ellos.
Por ejemplo, en uno de los comentarios recibidos, el amigo y exIBMista Leonardo Masina me dice que en la lista de genios deberían estar Alfredo Carvallo y Ramón López, pero carezco de información de apoyo al respecto.
Mi trato con Alfredo fue casi nulo, como nulo es también el conocimiento que tengo acerca de su andadura en IBM. Sólo sé que pertenecía al departamento técnico, así que poco puedo decir acerca de él.
En cambio a Ramón lo traté mucho y desarrollé por él gran respeto y mayor aprecio, y hasta el propio Fernando Lacoste me ha dicho también que Ramón merece el reconocimiento de genio, pero ni Fernando ni otros han aportado hechos relevantes que yo pueda publicar aquí.
Para colmo, al amigo Ramón López, aunque experto en electrónica, lo conocí siempre como gerente técnico, posición en la que resulta un tanto difícil producir esos hechos, aunque he sabido de uno que merece mención.
En 1962 Ramón López hizo una sugerencia para modificar varias cosas en la máquina IBM-1620, entre ellas los circuitos de multiplicación para que cuando esa máquina multiplicara por 0 (cero) diera un salto al próximo dígito del multiplicador y no efectuara toda la rutina de 3 x 0 = 0, etc.
Por tal sugerencia Ramón recibió de IBM un premio de $250, y a fin de 1962 recibió otro premio porque su sugerencia fue reconocida como la mejor del año y aplicada por IBM, con gran propaganda, a la 1620-2.
En uno de los e-mails arriba mencionados me ha contado Ramón que cuando Hugo Smitter le preguntaba algo sobre electrónica, entendía siempre muy bien la explicación, y al final decía «No hay cosas difíciles, lo que hay es gente que no sabe explicarlas«. Y que defendía la idea de que las ciudades debían estar hechas como un tablero de ajedrez: los cuadros negros con parques, y los blancos con viviendas.
Dicho esto debo añadir que sobre cualquier otro IBMista que mereciera el calificativo de genio no podría yo escribir con tanta extensión y detalle como lo he hecho con las genialidades de Fernando Lacoste, porque algunas de las suyas las viví y hasta me beneficié de ellas, pues me permitieron hacer muy buenos negocios, y no sólo entre los clientes de IBM-Venezuela sino de muchos otros países de América Latina.
Julio/1957. Mitad izquierda de la foto de la cena de graduación del curso de máquinas convencionales dictado en Lima (Perú).| Fila de los de frente a la cámara. De izquierda a derecha: Oscar del Barco, de IBM-Venezuela; Eduardo Romero, de IBM-Venezuela; X1 Méndez, de IBM-Colombia; Jorge Outeda, de IBM-Venezuela; X2 Meléndez, de IBM-Colombia; Fernando Lacoste, de IBM-Venezuela; Akos Puky, de IBM-Venezuela.| Fila de los de espaldas a la cámara. De izquierda a derecha: X3 Gainza, de IBM-Perú, instructor del curso; X4 Ruiz, de IBM-Colombia; X5, técnico de IBM-Chile; Horacio Malcervelli, de IBM-Venezuela. | Si alguien sabe nombres, apellidos u otros datos de los que llevan la ‘X’ (1 a 5), agradeceré que me los envíe por e-mail.
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Julio/1957. Mitad derecha de la foto de la cena de graduación del curso de máquinas convencionales dictado en Lima (Perú). | De izquierda a derecha: Y1 Rodríguez, Gerente Técnico IBM para el Área Suramericana; Ernesto Dusio (q.e.p.d.), instructor del curso, de IBM-Uruguay, que luego vino a IBM-Venezuela; Jorge Soler, de IBM-Colombia. | Estos nombres/apellido y cargos, al igual que algunos correspondientes a la otra foto, los he sabido por cortesía de Oscar del Barco. Si alguien sabe nombres, apellidos u otros datos de los que llevan la ‘Y’ (1 a 2), agradeceré que me los envíe por e-mail.
Alguien dijo que el genio es 1% de inspiración y 99% de trabajo, y hasta en esto encaja Fernando, según podrá comprobarse en lo que sigue, referido al viejo Banco de Venezuela (BV) y a algunas personas que en 1967 formaban parte de su tren ejecutivo.
Se trata de algo que, según el propio Fernando, puedo publicar porque los ejecutivos involucrados o han muerto o ya no están en aquel BV, desparecido en los años 90.
Fueron ellos personas que, como José Antonio Ramírez Carabaño, Antonio José Castro Hernández (y otro, de origen español, cuyo nombre pondré aquí cuando lo averigüe), tomaron una decisión que, según explicaré más abajo, fue riesgosa pero valiente e histórica porque cambió la forma de operar de la Banca en Venezuela, y tal vez en varios otros países.
Cuando tuve como cliente al BV, traté con los dos primeros, ya muertos (q.e.p.d.), pero en especial con el Sr. Ramírez Carabaño a quien apodaban cariñosamente Ramirote y que se ganó mi afecto y mi respeto.
En 1967 —y según conté en parte en Computación Personal, herramienta indispensable – 8: Teleproceso. (Paquete en línea para Bancos)— fue el Banco de Venezuela el se prestó como conejillo de indias para que Fernando Lacoste intentara hacer realidad lo que luego fue el manejo online de las cuentas de ahorro.
Tal ofrecimiento fue producto de la gran preocupación que causó en el Banco el hecho de que, manipulando el sistema de cuentas de ahorro, que entonces se manejaba mediante un tarjetón impreso por una máquina de registro directo, un operador había desfalcado al BV cinco millones de bolívares, para entonces más de un millón y medio de dólares,… de aquella época.
Para evitar este tipo de desfalcos, Rafael Mora, entonces vendedor IBM para el BV —y en 1971 mi primer gerente en IBM— tuvo la idea de instalar en el escritorio del supervisor de cuentas de ahorro del Banco un terminal IBM-1050 que avisara sobre cada operación fuera de lo normal que se hiciera en esas cuentas. Como suele ocurrir en el caso de ideas nuevas, ésta, y también la que le siguió, encontraron bastante oposición dentro de IBM-Venezuela.
Fue el propio Fernando quien, desde USA, donde había ido a estudiar en detalle el terminal IBM-1050, informó de que éste no serviría para poner en práctica la idea de Rafael Mora.
Pero cuando poco tiempo después se anunció el terminal IBM-1060, Fernando vio que sí sería viable la realización de un proyecto más ambicioso que el anterior: el manejo online de las cuentas de ahorro mediante un ‘paquete’ de programas.
Julio/1957. Horacio Malcervelli y Fernando Lacoste durante el curso de máquinas convencionales dictado en Lima (Perú).
Se consiguió la necesaria aprobación del BV —que, como ya dicho, presionado por lo del desfalco se ofreció de conejillo de indias—, y para ese proyecto online se formó un equipo en el que, además de Fernando, estaban Jorge Outeda y Julián Mejías, pero la idea de cómo hacer el paquete online y la responsabilidad de ponerlo a funcionar fueron de Fernando, y fue él quien, programando en el difícil lenguaje de Physical I/O, o lenguaje de máquina, concibió y realizó los programas.
Una vez casi listos éstos, y debidamente empaquetados —de ahí el nombre de ‘paquete’—, las pruebas, o paralelo de operaciones, para determinar qué tan bien realizaba el paquete su trabajo tenían que hacerse en la noche cuando el BV había desocupado su computadora IBM-360.
Era entonces, en plena noche, cuando Fernando entraba en el BV, comparaba los resultados de las transacciones hechas en el día por las agencias, desde los terminales1060, con las transacciones del reporte general que con todas ellas generaba la IBM-360, y trabajando en las diferencias —muchas de las cuales ponían en evidencia errores de algunos de los programas integrantes del paquete, o de algún terminal—, hacía las consiguientes correcciones y lograba el cuadre, que era vital para el Banco.
Los ya mencionados ejecutivos del BV no sólo asumieron el riesgo de aceptar la idea del paquete online sino que permitieron a Fernando que entrara a la sala de máquinas, ubicada en el interior de la oficina principal del BV, en la Av. Urdaneta (Caracas), a cualquier hora del día o de la noche y de cualquier día de la semana. O sea, que por mucho tiempo le dieron acceso libre y no vigilado a la oficina principal del Banco en la forma que hoy se llama 24/7 (= 24 horas los 7 días de la semana).
Por si esto fuera poco, junto a esa sala de máquinas instalaron una cama para que Fernando pudiera dormitar un rato durante su trabajo nocturno.
A veces el dormitar no lograba reducir la presión que ese trabajo y la responsabilidad a él asociada le producían, y, según Julián Mejías me contó una vez, en horas de la madrugada, cuando la ciudad aún dormía, Fernando solía irse a Sabana Grande —la que en la Caracas de entonces era la “Quinta Avenida”, o sea, la vía comercial por excelencia— y le hablaba a los maniquíes exhibidos en los muchos escaparates, lo cual hizo que Mejías temiera por la salud mental del abnegado Fernando quien, luego de su “conversación” con los maniquíes —en la que cabe suponer que les contaba sus problemas con el paquete y los terminales—, regresaba al Banco e implementaba la solución que por ese extraño medio había descubierto.
Julio/1959. Foto tomada en el centro de cómputo de IBM-Venezuela cuando estaba en la Av. Urdaneta, esquina de Urapal. | De atrás hacia adelante, y de izquierda a derecha: Horacio Malcervelli, técnico de IBM-Venezuela; Y1, técnico de IBM-Colombia; Y2, técnico de IBM-Argentina; Eduardo Mireles, entonces gerente de ese centro; Y3 (sentado), técnico de IBM-Argentina; Elba Soto [1], «Miss IBM-Urapal» porque, según me cuentan, traía de cabezas a todos los hombres que allí trabajaban; y en cuclillas, Armando Girola, técnico de IBM-Venezuela. | Si alguien sabe nombres, apellidos u otros datos de los que llevan la ‘Y’ (1 a 3), agradeceré que me los envíe por e-mail.
Esta conducta de Fernando es prueba de pudor profesional, trabajo arduo, sacrificio personal, dedicación sin límites, y búsqueda de la excelencia, algo que no viene necesariamente con un título aniversario que, por cierto, Fernando no tenía, como tampoco lo tenían otros muchos IBMistas que con sus logros contribuyeron al crecimiento, negocio y prestigio de IBM.
En la ristra de estas cualidades, todas ellas entre las que componen el 90% de trabajo requerido para llegar a ser genio, falta algo que poco tiene que ver con la genialidad: la honradez.
Por mucho tiempo Fernando tuvo, sin vigilancia alguna, libre acceso a todas las cuentas de ahorro del BV, y, como tuvo la oportunidad y el conocimiento necesarios, bien pudo distraer dinero de ellas aunque sólo fuera para forzar un cuadre y trabajar menos.
Pero no lo hizo, correspondiendo así a la total confianza que los ejecutivos del BV habían depositado en él y en la empresa para la que trabajaba: IBM, la compañía que por muchos años fuera, en Venezuela y en el resto del mundo, la más apetecida por quienes buscaban un buen lugar donde trabajar.
***
Fotos cortesía de Horacio Malcervelli.
[1] El nombre de esta dama me llegó primero por vía de Noel Ramírez. Hubo opiniones en contra, pero la confirmación me llegó luego por vía de Jairo Martínez y, por último, de Jaime Villalta. Mil gracias a todos.
Padronel 
Carlitos, me parece que la categoria genios esta siendo un poco vulgarizada. Coincido que tanto Frías como Carvalho eran muchachos inteligentes, como éramos todos nosotros, diferencias de QI aparte, pero de ahí a ser considerados genios hay una distancia bastante grande.
Al fin y al cabo, todos recibimos un detallado training en cada producto que teníamos que mantener, y repararlo no era más que cumplir con nuestra obligación.
Al César lo que es del César.
Un grande abrazo para ti y todos mis colegas de aquella época que me recuerdan todavía como un buen compañero.
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El primero de pie a la izquierda es, por supuesto, Horacio Malcervelli. De los otros, un par tienen caras familiares pero no tengo idea de quiénes puedan ser.
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Si mi memoria de elefanta (maya) no me falla, el que está justo debajo de Mireles es Sergio Grigoletti (q.e.p.d.). Y yo, como parte administrativa y consciente de que el cliente siempre tuvo la razón, les cuento que, hablando de instalaciones bancarias, no podemos olvidar al gran maestro «Julián Mejías» (Hammer head).
Desde 1978, para mí, como secretaria, los ATMs eran la vida de IBM de Venezuela —tanto Banco de Venezuela, como Banco del Baribe, como Banco Exterior (con mi querido cliente, un español que daba gusto tratar: el Sr. Luis Guirado)—, y me brindaron múltiples oportunidades que hicieron de mí lo que jamás pensé que podría hacer, como ir con una pick-up de mi marido a retirar del BND de Los Chaguaramos un ATM dañado,.., y después darle entrada «oficial y legal» al C.D. en Boleíta.
Todo lo que cuenta Charlie es un poquito de lo mucho que hicimos los IBMistas de verdad. Por cierto, creo que por eso me ascendieron, en 1979, a administradora del producto «ATM» donde logré uno mis tantos premios AAA (Triple A, los llamábamos) que amo y añoro.
Gracias, Padrón, por hacer este recuento. Sé que Lacoste no está muy bien de salud, y cuando quieras su dirección de Internet, porfa, me avisas, porque Delia me la mandó.
Con todo cariño, ¡¡¡una IBMista más!!! (La Gallega).
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Ramón López, el hombre de la pajarita, trabajó en Caripito con la 604, llegó a Caracas como instructor en la escuela de técnicos de Los Ruices, que formó la generación de Vicencio, Del Moral, etc. Fue gerente del Grupo de Soporte, y era consulta obligada ante situaciones difíciles.
Alfredo Carvallo (Carvallito) lidió con la 7070 de Shell, la 360-20 (instructor en Venezuela) y el Sistema 3. En Alemania fue instructor formal de este último. Genio y figura, sobre todo una gran sencillez y, sobre todo, un verdadero caballero. ¡Había que tener cuidado con sus bromitas!
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Gracias, Milagro.
Pues no, no es Grigo sino Armando Girola. Ya puse el nombre.
La dirección e-mail de Fernando Lacoste la tengo desde hace años, pero prefiero usar el teléfono para comunicarme con él.
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Pues parece que sí, Leo. Haré la corrección. Gracias
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Carlos, gracias por compartir siempre con nosotros tantas reliquias.
Un abrazo
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Excelente relato sobre la constelación de genios que pasaron por IBM de Venezuela.
Comparto lo indicado por nuestra querida y apreciada Gallega con respecto a Julián Mejías (Mr. Hammer Head).
¡¡Qué gloriosa época aquélla en Venezuela!!
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Gracias Carlos. Imaginate a Girola..(?); cuando yo lo conocí en 1965 era Rep. de Ventas DP y recuerdo que era un «petiso» muy simpático. ¿NO VENDÍA PERLAS?, JAJAJAJA. En esa época Delia Lacoste era la Secretaria de Ventas DP de Caracas Centro, con Pepe Avendaño de jefe, y yo la de Caracas Este, con Jaime Trillas, tan querido. Y todos en la Esquina de Urapal.
Fíjate, Carlos, la importancia que tienen tus mensajes, que ayer mismo me llamó por teléfono Delia y parecíamos dos loras riendo y platicando DE TODO. Y eso porque vio esta nota sobre los DOS GENIOS. Como dice nuestro compañero, la verdad es que habíamos muchos GENIOS y de los buenos, porque si hice mención al PAPÁ DEL S.A.F.E, también podría llenar todas tus notas con nombres de GENIOS y GENIAS. Pero no te preocupes, hombre, ¡¡¡que no lo voy a hacer!!!
Muchos cariños para todos los que me recuerden, y muy especialmente a mi Guti Costarricense (¿no era PUTI?) que jamás olvidaré, ni a su gato tampoco.
CON EL ORGULLO DE SER UNA JUBILADA DE IBM DE VENEZUELA, S.A., les mando todo mi sincero cariño. LA GALLEGA.
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Bueno, Milagro, uno de los fines de este blog es, además de dar a conocer a mi pueblo natal, El Paso, y rendirle tributo, el conseguir algo en lo que encaje el conocido eslogan «Connecting people».
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Carlos, aparte de Ramirote y El Cabito estaba Perpetuo José Contreras.
La máquina en la que arrancaron el online era una IBM-360/30 con 32K, y el control de teleproceso era una IBM-2702.
Debes recordar a la gallega encargada de cuentas de ahorro en la principal con el intercomunicador gritando «¡¡NO HAY POLLING!!».
Caray, ¡¡qué tiempos tan buenos!!
De paso, les queda muy bien lo de GENIOS a Hugo y Fernando
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Carlos:
Simpática e ingeniosa la publicación «Del baúl de los recuerdos IBM: Dos genios» en tu enciclopédico blog. Como yo estuve ahí, puedo confirmar que el relato de los hechos es correcto e imparcial.
Interesante la reacción del mundillo de los ex colegas a la afirmación de los dos «genios». A mí me parece obvio que se usó ese adjetivo como hipérbole conversacional, y no creo que debió entenderse con la «G» (estos tipos suelen ganar Nobels y vainas).
En la IBM trabajaron varios que eran súper inteligentes pero, obviamente, los diferentes niveles de genialidad sólo podrían ser anecdóticos. A mí me tocó resolver un desafío, y su solución ha sido cuantificable en muchos $$$$. ¡Así es la vida!
En la creación del paquete trabajaron como esclavos el selecto grupo de Jorge Outeda, Claudio Fisinessi, Julián Mejías, Enrique Novella, y Luis Barbero. Cada uno aportando ideas, sudor y lágrimas. Y en este punto, más de 4 décadas después y pasando los 80, me avengo a revelar que en las entrañas y en el concepto del paquete hay unas cuantas soluciones «geniales» y MÍAS.
Me gustaría resaltar algo de lo que se habló poco pero que fue muy pesado para el grupo. Me refiero a la pobreza increíble de recursos físicos con los que tuvimos que enfrentarnos: una sola, mínima IBM-360/30, una IBM-2702 (transmission control) defectuosa que producía las fallas mas enloquecedoras, unas líneas telefónicas del tiempo de Morse, falta de tiempo de máquina, etc.
El proyecto se llevó a cabo en un vacío total, sin contactos externos y sin la bendición de la IBM mundial. ¡El paquete fue realmente parido sin padrinos!
Tienes mi permiso para poner estos comentarios en el «baúl».
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Sí, Antonio, estaba Perpetuo Contreras, Jesús Salazar, Mario Serra, etc.
Por cierto que logré localizar a Perpetuo –la única persona que, además de Jesús Saltés, me llama Carlos Miguel– después de mucho batallar, y me debe el nombre del español que, según Fernando Lacoste, fue de los decission makers del online de ahorros en el BV.
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Excelentes relatos que traen a la memoria tantos y tantos recuerdos.
Carlos, apreciaría mucho si por mi correo me dejas saber el de Fernando. Realmente desearia comunicarme con él pues, como te comenté, fue mi mentor ya que cuando empecé de técnico fui su compañero.
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Saludos, Carlos, y te felicito por este sitio de reencuentros y recuerdos.
Comencé en el año 75 en el departamento técnico de la sucursal de Maracaibo. Si mal no recuerdo, Ramón López era ya gerente de soporte, y Carvallito soporte (no había falla que no solucionara).
Entre los primeros cursos que recibí estuvo el del terminal IBM-2970. Fueron muchos los días y noches que pasamos en el Data Center de la sucursal instalando y haciendo pruebas. Recuerdo que siempre venían Enrique Novella y Antonio Lalaguna, y que junto a Ronald Rodriquez (q.e.p.d.), Luis Romero (de sistemas), Leoncio Romero (q.e.p.d.), Rubén Darío Colina, etc. (técnicos), dábamos todo nuestro tiempo y esfuerzo para que nuestros clientes tuvieran la mejor tecnología de la época. Por tanto, contábamos con GENIOS para que esto se hiciera realidad.
Dentro de los grandes logros de la época recuerdo la venta hecha por el «Pibe» Luis Somoza del primer sistema de computación (creo que fue un IBM-370/135) al Banco de Maracaibo y, lógicamente, con terminales 2970. Éste fue un trabajo de hormigita y dedicación del «Pibe» que al fin dio su fruto. ¡¡De verdad que eran otros tiempos!!
Aprovecho la oportunidad para saludar a mi amigo José Padrón (El Técnico), que hace un comentario muy acertado de los personajes. Yo personalmente tengo que incluirlo a él como uno de los técnicos mejor formado y preparado que ha tenido IBM de Venezuela. ¿A cuántos cursos en el exterior llegabas como participante y quedabas como instructor? Como también fueron muchas las veces que nos diste soporte aquí en Maracaibo.
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Gracias, Iván, por tu comentario.
Pasa que al lado de los dos personajes a que se refiere el artículo en general, los méritos de todos los demás eran parte de la labor de hormiguitas que todos cumplíamos.
Un saludo y, ratifico: los señalados en el encabezamiento –Don Hugo Y Don Fernando– fueron realmente fuera de serie, con mucha diferencia.
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Hola, Carlos.
Pues para mí ha sido de mucho interés, y una revelación, saber cómo empezó ese paquete bancario a cuyo soporte me uní en los 70, cuando ya los terminales IBM-1060s y el famoso control de teleproceso IBM-2702 auto poll pasaban a la historia, reemplazados por los terminales IBM-2970s y las computadoras IBM- 370/x como TCU.
¡Lo que me perdí, caray!
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Un gran saludo y abrazo para ese poco de «viejos» de alguien que los admiró mucho y se siente orgulloso de haber trabajado con esa pleyade de famosos…
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Yo también tuve la suerte de trabajar un tiempo con terminales IBM-2970. Cuando digo que no tenían pantalla la gente me mira con incredulidad…
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Estimado Carlos, gusto en saludarle.
Me gustaría conversar con usted sobre este caso del Paquete en Línea. El año que viene IBM cumple 100 años a nivel mundial y nos gustaría conocer más detalles sobre estos casos.
¿Me puede envíar su e-mail?
Muchas gracias.
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Hola, Eli. En la columna de la derecha de este blog, al final del artículo escrito en verde y encabezado por mi foto y algo más, están las direcciones e-mail por las que se me puede contactar.
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Estimado Carlos: Quien te escribe es el hijo menor de Ernesto Dusio, el que aparece al centro en una de las fotos de este post.
Como nací en 1968 no viví directamente la etapa internacional de la carrera de mi padre, pero sí la pude conocer a través de relatos, filmaciones, fotos y documentos escritos, algunos de los cuales todavía conserva mi hermano Jorge, ya que nuestro padre falleció en agosto de 1996.
En esos relatos, mis padres siempre me decían que los mejores años de su vida los vivieron en Venezuela, país al que querían muchísimo, aunque también guardaban excelentes recuerdos de Perú y Argentina.
Recuerdo que tres meses antes de fallecer mi padre pudo asistir a una comida con sus ex compañeros de IBM argentina, en la ciudad de Buenos Aires.
¿Te imaginas la reconfortante que es para mí —e imagino que para mis hermanos— descubrir que en “El baúl de los recuerdos de IBM” se encuentre no sólo su foto, sino que se acordaron de su nombre y de los pasos en su carrera, primero en Perú y luego en Venezuela?
En particular quiero hacerle un aporte al blog: el nombre de quien en la fotografía en que está mi padre está a su izquierda, Y2, es Jorge, o sea, Jorge Soler.
Saludos.
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Sr. Carlos Padrón: Soy Ricardo Soler, hijo de Jorge Soler, de IBM Colombia.
Gracias por este relato y por compartir estos recuerdos. No tuve la suerte de conocer a ninguna de las personas en el artículo, sin embargo, el nombre Dusio —así como otros nombres, como Gaínza, Duerto y Riobo— están grabados para siempre en mi mente gracias a los relatos que tan hábilmente y con tanto amor hacía mi padre (q.e.p.d.) cuando recordaba sus experiencias como pioneros de la informática en América Latina.
Agradezco a Milton Dusio por haber aportado el nombre a esa linda foto de IINMistas que, aún después de tanto tiempo, nos llena de orgullo, nostalgia y felicidad.
¡Gracias!
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Gracias a usted, Ricardo, por ese valioso feedback, y felicitaciones por saber valorar las memorias de su difunto padre.
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