El inolvidable Juan Fernández Caraballo fue fundador de la escuela gratuita de Belén de la ciudad de La Habana, dirigida en su principio por los religiosos de la congregación de betlehemitas, cuyo fundador lo fue en Guatemala el venerable Pedro de Bethencourt.

Este plantel está hoy en manos de los Hijos de San Ignacio de Loyola, por orden del Gobierno, habiendo cesado de plano, contra la voluntad y cláusulas testamentarias del benemérito hijo de las Canarias y de su consorte, la enseñanza gratuita que allí se daba a los pobres y debía seguir dándose, pues ese extenso local, enclavado en el barrio de San Isidro, que es uno de los mejores de la ciudad de La Habana, conocido antiguamente por la Estancia de los Isleños, era propiedad de Fernández Caraballo.

«La creación de la escuela gratuita de Belén —ha dicho un distinguido escritor cubano— fundada por Juan Fernández Caraballo, abría a los pobres las puertas del saber que hasta 1701 habían permanecido cerradas para ellos y abiertas para los ricos. Parece que con esto quería darse a entender que los pobres estaban excluidos de aquel patrimonio universal al cual todos tenemos derecho.

Desde el momento que Fernández Caraballo fundó la escuela, siguieron creándose nuevos planteles de instrucción primaria gratuita, y todos ellos han dado magníficos resultados, pues de sus bancos han salido distinguidos discípulos que hoy honran a Cuba».

A tan elocuentes palabras, pronunciadas por un ilustrado cubano, nada más podemos añadir nosotros.