Carlos M. Padrón
Sí, ¿quién dijo que las mujeres son interesadas? Algún misógino, malicioso y mal informado, pues desde siempre se ha sabido que en la relación con un hombre las más de ellas sólo buscan lo romántico, el cariño, la dulzura, la fidelidad y, en definitiva, el amor, pero nunca los billetes, ¿o no?.
Pero no sólo es bueno sino hasta lógico que procedan así, pues obedeciendo el mandato de la madre Naturaleza, que vela por la perpetuación de la especie humana, las mujeres son principalmente madres, están hechas para parir y alimentar a sus crías, y quieren al hombre en cuanto lo necesitan para conseguir este fin biológico.
En la medida en que no necesiten quien las preñe ni quien las mantenga a ellas y a sus crías, se apartan del hombre, y adiós dulzura, coqueteo y demás. Y aún cuando necesiten al hombre, una vez lograda la maternidad, éste pasa a segundo plano y ellas se dedicarán a sus crías.
Mientras no se liberen de esta esclavitud instintual, su comportamiento será como el de las madres animales, o peor, pues éstas dejan libres a sus crías cuando las ven capaces de valerse por sí mismas, pero las más de las madres humanas no.
