El venerable padre José Anchieta —conocido por algunos con el nombre de Juan, célebre y distinguido escritor, llamado el apóstol del Brasil, cuyas virtudes han sido declaradas en grado heroico— nació en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, de Tenerife, en el año de 1533, y falleció en Río de Janeiro, desempeñando su noble y elevada misión.
A la edad de 28 años partió para Brasil este nuestro paisano con otros religiosos de su orden, donde, después de largos y penosos trabajos fundó el primer colegio de una extensa y rica comarca brasileña para la enseñanza primaria de los indios, conversión y civilización de los mismos.
Fue nombrado algunos años después gobernador de los indígenas convertidos y, de acuerdo con ellos, fundó la hermosa ciudad de San Sebastián, metrópoli de la América portuguesa, hoy República, por consecuencia de haber sido destronado el emperador D. Pedro Segundo de Braganza.
Anchieta dejó escrito entre sus muchos trabajos literarios un poema latino que consta de 5.000 versos. Hizo además un papel muy importante en la política de aquellos tiempos.
El padre Pedro Parrado de León y Alarcón, también natural de la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, persona de revelantes prendas por sus virtudes e ilustración, murió en Japón desempeñando su apostolado.
El padre Anchieta era considerado como hombre de alta ciencia, y era llamado El Apóstol del Brasil. Fue uno de los fundadores del convento sobre cuyos escombros se construyó más tarde el Castillo San Antonio.
El venerable y sabio hijo de las Canarias era tan altamente considerado, que la Botánica le ha concedido el honor de bautizar con su legítimo nombre una de las plantas de Brasil, llamándola Anchieta. El nombre científico de tal planta es violaricas.
