Este notable hijo de las Afortunadas, después de haber peleado en Italia y Portugal como un valiente a favor de la soberanía nacional, fue ascendido por méritos de guerra a mariscal de campo, y nombrado vocal en la causa seguida a D. Juan de Prado, por su conducta durante el sitio.
Vino a Cuba de capitán general el año de 1765, a reemplazar al célebre conde de Ricla. Su mando fue corto y no pudo, por tanto, demostrar en ese destino sus dotes de gobierno, pues falleció, de fiebre amarilla, a los veintisiete días de su llegada al país, recayendo tan importantísimo mando en el brigadier D. Pascual de Cisneros.
Sus restos mortales fueron exhumados en 1806 v trasladados al Cementerio General de Espadas.
El apellido de los Manrique de Canarias desciende por línea directa de una de las casas solariegas más ilustres y antiguas de España, de la que han salido muchos hombres distinguidos, cuyo principal tronco está, según la Historia Universal, en las Laras de Castilla, origen que se remonta al Conde Fernán González, que murió el año 970 de nuestra era, y descendía por su padre de Ramiro I, rey de Asturias v Galicia; y por su madre, de los antiguos señores de Lara.
