[*Opino}– El mal uso y abuso de Internet

Carlos M. Padrón

Creo que fue en 1996 cuando me por primera vez me llegó por correo electrónico la historia que copio más abajo y que, a juzgar por cómo estaba escrita, era una típica traducción del inglés hecha por alguien que poco sabía de español; era lo que llamo una traducción chicana, obra de quien nació en USA y aprendió el español en USA; tal vez algo en una escuela y el resto escuchando hablarlo a sus padres.

Recuerdo también que le corregí los errores más gordos y la reenvié.

Ahora, doces años más tarde, reaparece, y ya sé que se trata de hoax, pues busqué en Internet y es la propia Stanford University la que declara que tal historia no es cierta.

La copia que de ese historia va más abajo está tal y como me llegó, y añado lo que acerca de ella encontré en Internet.

EL VESTIDO DE ALGODON BARATO

Una mujer en un desteñido vestido de algodón barato y su esposo, vestido con un raído traje, se bajaron del tren en Boston, y caminaron tímidamente sin tener una cita a la oficina de la secretaria de Presidente de la Universidad de Harvard.

La secretaria adivinó en un momento que esos venidos de los bosques, campesinos, no tenían nada que hacer en Harvard y probablemente no merecían estar allí.

‘Desearíamos ver al presidente’ dijo suavemente el hombre.
‘El estará ocupado todo el día’ barbotó la secretaria.
‘Esperaremos’ replicó la mujer.

Por horas la secretaria los ignoró, esperando que la pareja finalmente se desanimara y se fuera. Ellos no lo hicieron, y la secretaria vio aumentar su frustración y finalmente decidió interrumpir al presidente, aunque era una tarea que ella siempre esquivaba.

‘Tal vez si usted conversa con ellos por unos minutos, se irán’ le dijo.
El hizo una mueca de desagrado y asintió. Alguien de su importancia obviamente no tenía el tiempo para ocuparse de ellos, y el detestaba los vestidos de algodón barato y los raídos trajes en la oficina de su secretaria.

El presidente, con el ceño adusto, se dirigió con paso arrogante hacia la pareja.

La mujer le dijo: ‘Tuvimos un hijo que asistió a Harvard por solo un año. El amaba a Harvard. Era feliz aquí. Pero hará un año, murió en un accidente. Mi esposo y yo deseamos levantar un memorial para él, en alguna parte del campus’ .

El presidente no se interesó. El estaba en shock.

‘Señora’, dijo ásperamente, ‘No podemos poner una estatua para cada persona que asista a Harvard y fallezca. Si lo hiciéramos, este lugar parecería un cementerio.’ .

‘Oh no’, explicó la mujer rápidamente. ‘No deseamos erigir una estatua. Pensamos que nos gustaría donar un edificio a Harvard’

El presidente entornó sus ojos. Echó una mirada al vestido de algodón barato y al traje raído, y entonces exclamó …..¡Un edificio! ……..¿Tienen alguna remota idea de cuánto cuesta un edificio?… .. Hemos gastado más de siete millones y medio de dólares en los edificios aquí en Harvard!’

Por un momento la mujer quedó en silencio. El presidente estaba feliz. Tal vez se podría deshacer de ellos ahora.

La mujer se volvió a su esposo y dijo suavemente.. … ‘¿Si eso es todo lo que cuesta iniciar una universidad? …..¿Por qué no iniciamos la nuestra?’ Su esposo asintió.

El rostro del presidente se oscureció en confusión y desconcierto.

El Sr. Leland Stanford y su esposa se pararon y se fueron, viajaron a Palo Alto en California, donde establecieron la universidad que lleva su nombre, la Universidad Stanford, en memoria de un hijo del que Harvard no se interesó.

Usted puede fácilmente juzgar el carácter de los demás por la forma en que tratan a quienes piensan que no pueden hacer nada para ellos.

HISTORIA VERDADERA por Malcolm Forbes.

Resultado de mi búsqueda en Internet

The Truth: According to Stanford University, this e-Rumor is not true. Leland Stanford was once governor of California and in 1876, he bought the first of what would become more than 8,000 acres of land on the San Francisco peninsula. Leland and Jane Stanford had one son, Leland, Jr., but he never attended Harvard. He died at the age of 15 on a family trip to Italy, but from typhoid fever, not from an accident. Within a few hours of his son’s death, Stanford said to his wife, “The children of California shall be our children.” That was the beginning of Stanford University, according to the official account.

TRADUCCIÓN CMP

Según la Universidad Stanford (que está en Palo Alto, California), este e-Rumor (rumor propalado por medios electrónicos, como e-mail) no es cierto.

Leland Stanford fue una vez gobernador de California, y compró lo que luego se convirtió en 8.000 acres de tierra en la península de San Francisco. Leland Stanford y su esposa Jane tuvieron un hijo, Leland Junior, que nunca asistió a Harvard, pues a la edad de 15 años y durante un viaje familiar a Italia murió de fiebre tifoidea y no víctima de un accidente.

A pocas horas de la muerte de su hijo, Leland Stanford padre dijo a su esposa: “California será nuestro niño”. Éste fue el comienzo de la Universidad Stanford, según los registros oficiales.

MORALEJA.- Lo que de este corte llegue por e-mail hay que tratarlo con escepticismo y someterlo a minucioso escrutinio antes de darle crédito. Algo que deberían seguir a pie juntillas todos a los que llamo “reenviadores compulsivos”, ésos que, sin más, sin corregir, limpiar ni editar lo que reciben —y muchas veces sin borrar ni ocultar las direcciones—, reenvían alegremente todo lo que reciben.

Esta e-plaga es muy frecuente en los “novicios en Internet” que creen que todo lo que les llega por e-mail es una novedad que nadie ha visto todavía, y la reenvían alegremente, en cantidades que recuerdan una ametralladora, inundando con textos e imágenes de más de un decenio en la Red, las bandejas de entrada de sus indefensas víctimas.

Lamentablemente, todos fuimos así en nuestros ciber-comienzos, pero como el fenómeno aumenta exponencialmente, tal vez sea uno de los argumentos en ue se basen quienes quieren llegar a cobrar por el uso de Internet.