CARMELO DUARTE PÉREZ
(1907- )
Uno de los hombres que la diáspora de la Guerra Civil Española (1936-1939) aventó a Venezuela, y que aquí dejó huella de su permanencia, es el poeta y educador Carmelo Duarte Perez.
Hijo del matrimonio formado por los agricultores Antonio Duarte Crespo y Juana Pérez Crespo, nació en Breña Baja, el 9 de junio de 1907. Después de haber aprendido a leer y escribir con su propia madre, ingresó en la escuela primaria que, en su villa natal, dirigía el maestro José Ana Fernández, quien apreciando las dotes naturales que para el estudio presentaba su alumno, aconsejó a los padres de éste que debieran tratar de que su hijo siguiera los estudios de bachillerato, los cuales realizó, con el sacrificio económico de sus progenitores, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Cruz de La Palma.
Al obtener el grado de bachiller, su hermano mayor, el poeta Félix Duarte Pérez, le ofreció sufragar los gastos de una carrera superior, pero no queriendo sacrificar demasiado al hermano en su gesto de desprendimiento, optó por una carrera corta, y se decidió por los estudios de magisterio, que cursó en la Escuela Normal de Maestros, de La Laguna de Tenerife, en cuya ciudad realizó asimismo cursillos en la Universidad.
Ya en sus años estudiantiles se despierta su vocación literaria y escribe poesías, cuentos y ensayos. Por entonces gana el Primer Premio en el certamen de cuentos convocado por la revista “Trabajadores de la Enseñanza», de Santa Cruz de Tenerife, con el titulado “Resurrección de la Aladea” (1931).
Concluidos sus estudios de maestro nacional, hizo oposiciones a plaza, a la que asistieron 5.000 aspirantes. y obtuvo el número 6, ganando la de la Escuela Nacional de San Antonio, en Breña Baja, en 1934. Allí, en aquel tiempo, aprendió la ejecución musical del clarinete, primero, y del violín, después, logrando realizarlo con tanto acierto que pasó a integrar la Banda Municipal de la dicha villa, que dirigía Gumersindo Galván de las Casas (1885-1981).
Cuando apenas llevaba dos años de docente, con motivo del golpe de Estado dado por el Gral. Francisco Franco Bahamonde (1892-1975), es encarcelado durante cinco años (1936-1941).
A la salida de la cárcel fundó un colegio privado (1941) —situado en la calle Dr. Santos Abreu, numero 6, de Santa Cruz de La Palma—, donde impartió enseñanza primaria. Pero el hostigamiento que sufrían, tanto él como otros educadores, a causa de la persecución ideológica que padecían los defensores de los regímenes populares, los obligó a fundar el Colegio Cervantes, que regentaba nominalmente Celestino Cabrera Marrero, pero en el que dictaban las clases los educadores Carmelo Duarte Pérez, y Juan B. Hernández y Hernández, con la colaboración de los hijos de éste, Juan José y Pablo Hernández Gutiérrez, y también, durante breve tiempo, de Régulo Arocena Díaz.
Este colegio, de corta pero fecunda historia, tuvo su sede sucesivamente en San Sebastián, 1, y en Álvarez de Abreu, 23, en la referida Santa Cruz de La Palma, hasta que fue definitivamente clausurado por motivos políticos en 1943.
Luego dio clases privadas, a pequeños grupos de alumnos, en casas particulares, en Santa Cruz de La Palma, hasta que se fundó la Academia Pérez Galdós, en dicha ciudad, por los profesores José María Pinto Acosta y Juan B. Fierro Pérez, entre otros, y es invitado a formar parte del claustro de la misma. En ella ejerció no sólo funciones docentes, desempeñando cátedras de Lengua y Literatura españolas, y Francés, sino también de direccion, ya que durante varios años fue director de dicha academia. Pero nuevamente es encarcelado durante un año (1949-3950).
A la salida de la cárcel, por segunda vez, es nuevamente llamado a ocupar la direccion de la Academia Pérez Galdós, pero por breve tiempo, pues al sentirse permanentemente vigilado por la policía gubernamental de la España de aquellos días, y ante el temo de ser sometido a prisión una vez más, renunció al cargo para trasladarse a Venezuela.
A bordo del velero “Delfina Noya», capitaneados por Delio Ortega Morales (1921- ), partió de las costas de La Galga, en Puntallana, el 14 de mayo de 1950, formando parte de los 230 pasajeros que, clandestinamente, viajaron en una travesía de 41 días, y arribaron a las playas de Chirimena (Estado Miranda, Venezuela), en la noche del 24 de junio de 1950.
Para facilitar el desembarco se le pidió a los pasajeros que nombraran un representante, y fue seleccionado, como capitán del barco, Carmelo Duarte Pérez.
En Venezuela residió, consagrado a la enseñanza, desde su llegada a este país y hasta su jubilación. Fue profesor de Biología y Francés en el Colegio de los Salesianos, de Caracas, pero pronto (1952) pasó a Punto Fijo (Estado Falcón), donde fue profesor de Educación Artística, Historia del Arte, Castellano y Literatura, y Francés, en todos los colegios de secundaria del Punto Fijo de su tiempo, entre ellos “San Rafael», pero fundamentalmente en el “Liceo Mariano de Talavera», del que fue cofundador y director, desempeñando en él la docencia durante 20 años.
En el Liceo Mariano de Talavera” dos promociones de bachilleres llevan su nombre (1964 y 1969), y en el Colegio San Francisco Javier, una promoción de maestros se honra asimismo con su nombre.
Como poeta realizó una obra fecunda y de exquisita sensibilidad artística. Es autor del libro de versos “Tres Autorretratos” (Palencia, 1966) —primer libro que publica, y en el que recogió poemas de los años que van de 1940 a 1963, muchos de los cuales vieron la luz anteriormente en publicaciones sueltas— que es una antología poética del autor, ordenada no sólo cronológicamente, sino también con criterio temático, a lo cual responde su estructura en tres apartados correlativos, en el su estilo es el verso sólido, acendrado y emotivo, en el que no se eluden las bellezas formales ni se rinde exagerado culto a las mismas;
“Transparencias Oníricas” (La Laguna de Tenerife, 1979); “Centelleo, breviario de un caminante” (Santa Cruz de Tenerife, 1982), libro de aforismos, sentencias y pensamientos, escritos en prosa, pero con un lenguaje poético, que recoge las mejores experiencias del autor; “Paraguaná en Crepúsculo” (Punto Fijo, 1977), ramillete con 76 poemas dedicados a la península falconiana de sus amores; “Huellas del alm” (Caracas, 1991), volumen en el que se recoge una selección especial de su obra poética.
Para 1993, año en que se escribió este artículo, estaba en edición “Florilegio Poético, y permanecen inéditas “Al desnudar las sombras”, con el que obtuvo el Primer Premio en el Concurso Nacional de Poesía auspiciado por el Ateneo de Punto Fijo, “La llamada obsesiva”, “Poemas de sangre”, “Detrás del alto muro”, “Cartas a mi madre en ultratumba”, y “Hombres como banderas”.
Colaboró también en publicaciones periódicas, tales como la revista “Cuba y Canarias», de La Habana, donde publicó su primer trabajo literario, titulado “La Caldera de Taburiente”; y los periódicos “La Gaceta de Tenerife», de Santa Cruz de Tenerife; y “El Tiempo», de Santa Cruz de La Palma; y la revista “Gánigo», de Santa Cruz de Tenerife, en los cuales aparecen colaboraciones suyas en prosa y en verso, lo mismo que en las revistas “Cerventina», de Punto Fijo (1959), y “Canarias Grafica», de Caracas (1972).
Después de haberse jubilado como docente se aficionó a la pintura y ha realizado como pintor una obra que, aunque poco conocida, es meritoria y en ella pone de manifiesto la misma exquisita sensibilidad artística que ostenta su producción poética y de ejecutante musical.
Fue Presidente fundador del “Centro Hispano», de Punto Fijo, y lo fue en dos oportunidades más (1953, 1967). Condecorado por el Gobierno de la República de Venezuela con la Orden “27 de Junio” (1973) y la Medalla de Oro del Rotary Club, de Punto Fijo (1971). Integró el Grupo “Cuarzo», de Paraguaná, agrupación cultural preocupada por el rescate de la vida intelectual de la región a la que se hallan incorporados poetas, pintores, antropólogos, conservacionistas, y hombres preocupados por identificarse con la labor que realizan, y quienes piensan que sin cultura no hay progreso.
En 1980 fue objeto de un homenaje por parte del Concejo Municipal del Distrito Falcón (Estado Falcón), y el 12 de noviembre de 1991 el “Centro Hispano” creó la Orden Institucional “Maestro Carmelo Duarte», para premiar anualmente a quienes hayan contribuido significativamente al
engrandecimiento, divulgación y consolidación de las actividades culturales, dentro de la institución o fuera de ella, dándole dicho nombre en su honor.
Se había casado en Breña Baja, el 21 de julio de 1934, con América Castañeda Concepción, también natural de esta villa, e hija de Manuel Castañeda Pérez y de Luisa Concepción Pérez, de cuyo matrimonio tuvieron cuatro hijas:
A.= Dalila Duarte Castañeda, nacida en San Antonio, Breña Baja, el 21 de mayo de 1935. Realizó estudios de bachillerato hasta el cuarto año. Casada con Miguel Calvente. Padres de dos hijos y dos hijas:
a.= Miguel Carmelo Calvente Duarte,
b.= Oswaldo Calvente Duarte,
c.= Thaís Calvente Duarte, y
d.= Ana Griselda Calvente Duarte.
B.= Luisa Olinda Duarte Castañeda, nacida en el Fuerte, Breña Baja, el 27 de noviembre de 1943, Bachiller que realizó estudios de primer año de Odontología. Casada con Bernardino Rodríguez Guerra, hijo de Juan Rodríguez y de Rocío Guerra. Padres de,
a.= Isabel Rodríguez Duarte,
b.= Juan Alfonso Rodríguez Duarte,
c.= Adolfo Rodriguez Duarte, y
C.= Carmen Graciela Duarte Castañeda, nacida en Santa Cruz de La Palma, el 30 de octubre de 1946, Licenciada el Bioanálisis por la Universidad Central de Venezuela (196X). Casada, el 17 de enero de 1969, con Pedro Tarasco Guardia, químico industrial, nacido el 2 de julio de 1947. Padres de,
a.= Dalila Tarasco Duarte,
b.= Pedro Tarasco Duarte,
c.= Cristina Tarasco Duarte, y
d.= Jesús Alberto Tarasco Duarte.
D.= Irene Duarte Castañeda, nacida en Punto Fijo, el 21 de diciembre de 1953. Ingeniero por la Universidad Central de Venezuela. Casada con Elio Abreu Chuecos, también ingeniero. Padres de
a.= Miguel Alberto Abreu Duarte, y
b.= Susana Abreu Duarte.
Carmelo Duarte Pérez, un educador que consagró su vida a la formación de la juventud, tanto en Canarias como en Venezuela —donde se proclaman discípulos suyos figuras como la del galardonado poeta Guillermo de León Calles (1943- )—, tuvo tiempo también para realizar una obra literaria que lo consagra como uno de los poetas de más valía nacido en la isla de La Palma, como un pintor meritorio, y como un ejecutante musical de feliz virtuosismo, fue también el sembrador en Venezuela de una digna familia que, a través de sus cuatro hijas, le ha dado 14 nietos, todos ellos nacidos en Venezuela.
