Cuando te asalta la crisis, y sobre todo en la noche, las angustias se acrecientan y el pesimismo lo impregna todo; son efectos sólo anímicos. Cambia tu ánimo, espera a que llegue el día (“Nunca es más oscuro que antes de amanecer”), y vive el momento presente que, aunque duro a veces, nunca es insoportable.
Aquí tienes toda la razón. Secundo tu opinión.
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