[*ElPaso}– Antonio Camacho Díaz / Wifredo Ramos

(Artículo publicado en el “Diario de Avisos”, de Canarias, el 13/10/2006).

Wilfredo Ramos[*]

Homenaje póstumo en El Paso. “Antonio Camacho, tras cuarenta años en el extranjero, conservaba su elegante habla, teñida de acento y cadencia isleños”.

El día siete de agosto de 2006, en el ilustre Ayuntamiento de la Ciudad de El Paso le dedicó un respetuoso homenaje a un pasense, Hijo Predilecto, cuya destacada trayectoria desarrollada en el extranjero no ha sido suficientemente conocida.

En el salón de sesiones, en torno a una urna portadora de sus cenizas, y fotografía, le rodeaba la Corporación Municipal, familiares y público, llenando el recinto.

Abrió el acto la alcaldesa María Dolores Padilla Felipe, quien destacó los rasgos de la personalidad del profesor y catedrático Antonio Camacho. A continuación, el Cronista Oficial pasense procedió a la lectura de un escrito referente al historial, actividades y recuerdos. Seguidamente, dos sobrinos de Camacho dieron lectura a sendos escritos: María Esther le dedicó un afectivo recuerdo, transido de emoción, y Anelio leyó una amplia y bella semblanza, referida a las importantes facetas cultivadas por el profesor Camacho. Tras unos momentos de silencio, una prolongada ovación vibró en el salón, cual elocuente expresión de reconocimiento y afecto.

Por último, una comitiva trasladó la urna a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Bonanza, en la que, oficiada por el párroco Domingo Guerra, se ofreció una misa en memoria de Camacho.

Antonio Camacho Díaz, catedrático y profesor de Economía en la Universidad de Illinois (Chicago), falleció en Houston (Texas), el 31 de Octubre de 2005, a los 78 años, dejando tras de sí una estela de investigación, docencia y trabajo, ejemplo de gran dedicación, que se cree tal vez merecedora de un Nóbel.

Cuando acontece el óbito de un ser estimado por su extraordinaria labor y saber, aunque éste se encuentre ausente en el extranjero, la muerte despierta por él el interés y la reflexión. En su pueblo natal de El Paso, a pesar de tantos años de ausencia, los que le conocimos sentimos tristeza. Su conocimiento y el ejemplo de su trabajo son un incentivo para las nuevas generaciones.

Nació en el barrio pasense de La Rosa (Cuesta de Matías). Asistía a la escuela primaria de los tiempos de Don Enrique Campos, Don Braulio Martín y otros, acudiendo después a una academia de Los Llanos de Aridane para preparar el bachillerato.

Ismael González (Hijo Predilecto de El Paso) había observado y tomado nota de las actividades desarrolladas por nuestro paisano, y había publicado referencias de que había creado, en Estados Unidos, un teorema que lleva su nombre: “Teorema Camacho”.

El cronista oficial de Santa Cruz de La Palma, Jaime Pérez García, en su tomo III de Fastos Biográficos de La Palma (1998) resume en un apartado dedicado a Camacho Díaz el que éste había sido distinguido por el Ayuntamiento de El Paso, en reconocimiento a sus méritos profesionales, con la Medalla de Oro y el Nombramiento de Hijo Predilecto de esa ciudad.

Licenciado en Matemáticas por la Universidad de Madrid (1954), diplomado en Estadística Matemática por la misma universidad, Doctor en Económicas por la de Minnesota (Estados Unidos de América), y en Matemáticas por la Universidad de Madrid. Desde 1973, catedrático de Economía en la Universidad de Illinois (Chicago). Realizó diversas actividades docentes en la Northwestern University (Evanston, Chicago, Illinois), University of California at Berkeley, en la Universidad Central de Venezuela, y en la Autónoma de Barcelona.

Desarrolló una destacada actividad en congresos profesionales, tanto por los trabajos presentados como por las conferencias impartidas por invitación. Desarrolló y dictó cursos o seminarios de investigación en Microeconomía, Elección Social, Economía de la Organización, y Teoría de la Utilidad. Presidió tribunales y comités para calificar exámenes de fin de carrera y tesis doctorales. Es autor de monografías, de varios capítulos de libros, de artículos publicados en revistas científicas, y de documentos de trabajo del profesorado.

De su obra han sido destacados dos libros fundamentales: Societies and Social Decision Function (publicado en 1982) y Division of Labour, Variability, Coordination and the Logic of Firms Markets (1996).

Salvador Barberá Sández, secretario general de Política científica y Tecnológica del Ministerio de Educación y Ciencia, publica en su Necrológica (El País, Gente, 09/11/2005), un escrito en el que destaca la importancia de la labor y la profesionalidad de Antonio Camacho:

Fue un pionero en muchos sentidos. Se formó inicialmente en la Complutense en los años 50. Viajó a Venezuela donde trabajó como asesor económico del Gobierno. Llevado por su espíritu crítico y una curiosidad intelectual indomable, Antonio fue uno de los primeros españoles en conseguir un doctorado (PhD) en Economía en Estados Unidos.

Allí empezó su dedicación al estudio del diseño de organizaciones, que fue la guía de su tarea investigadora durante cuarenta años.

Como uno de los pocos españoles que tuvieron la fortuna de seguir sus clases, puedo dar testimonio de su enorme honestidad, aunque tenía ideas absolutamente creativas y heterodoxas que no ocultaba. En el año en que fui su alumno, descubrió un error en el trabajo de Harsanyi, más adelante Nóbel de Economía, que corrigió en una publicación (…).

Mantuvo contactos personales con algunos compañeros de promoción que le llevaron a publicar algunos artículos en la primera época de la Revista Española de Economía. Más adelante pasó un año como profesor visitante en la Autónoma de Barcelona, impartió conferencias en Madrid y País Vasco, y retomó contacto con quienes fuimos sus alumnos en Northwestern University, primer destino de su carrera como profesor.

Sin embargo, mantuvo su conexión afectiva y familiar con Canarias: tras 40 años en el extranjero conservaba su elegante habla, teñida de acento y cadencia isleños. Por eso, el que sintió como mayor honor entre los que recibió fue el nombramiento, en 1993, como Hijo Predilecto por parte del Ayuntamiento de El Paso, la población palmera que le vio nacer.

Unos días después de morir Camacho hablamos con sus familiares: su hermana Marina, su sobrina Esther, y su primo Antonio Pino, de quienes obtuvimos emotivos comentarios. Este último relató con detalle numerosos datos y vivencias por haber mantenido con él una entrañable amistad durante medio siglo.

De la época juvenil le recuerdan varios compañeros que coincidieron en la citada academia de enseñanza secundaria, donde se preparaban para cursar el bachillerato. De los pasenses se citan: Andreo Díaz, Dr. Indalecio Hernández, Pedro (Peruco) Martín, Antero Simón, Miguel Ángel Pérez Taño, Álvaro A. Domínguez, Nicolás Monterrey, Vicente Martín Taño y Benigno Mederos. El Dr. Adelto Hernández nos relata que entre los naturales de Los Llanos de Aridane asistían, además de él, Ezequiel Pérez, Eusebio Barreto, Pepe Pulido, Pío Antonio Martín, etc. Siete de ellos formaron la primera promoción de bachillerato, realizando la reválida en la Ciudad de La Laguna.

Posteriormente, Camacho se trasladaría a Madrid, continuando los estudios superiores, con constancia y entrega, para alcanzar los objetivos. Del lema de un filósofo se rememora: “La clave del éxito es fruto del esfuerzo”.

Varias veces retornó a La Palma para tomar unos días de descanso. La última, el año anterior a su muerte, le dijo al pariente citado: “Vamos a caminar”. Y fueron por Tacande, Pinar, Riachuelo, Pista del Refugio, y Pino de La Virgen, recordando antiguas cosas. La grandiosidad del paisaje pasense, cual premonición, le estaría llamando.

Al preguntarle sobre las bases de la Economía le contestó: “Son el trabajo y el ahorro”.

Entre sus amigos se citan: Antonio Pino, Antonio Rodríguez, el Dr. Manuel Morales, y el Dr. José María Brito, entre otros.

Hoy, en este acto de homenaje póstumo, se recuerda también a su primera esposa, Manolita Mayo, fallecida en Estados Unidos y sepultada en Madrid; y la asistencia de su viuda, Victoria Estévez, que vuelve a El Paso con las cenizas de Camacho y su biblioteca personal, para donarla a la Biblioteca Municipal de El Paso, según él había expresado.

Y en el marco de este Ayuntamiento, donde se lo concedió en 1992 el nombramiento que se le entregó personalmente en 1993, hoy, con este homenaje a un hijo que ha realizado un trabajo brillante en el extranjero y retorna con una aureola de fama, El Paso, pueblo trabajador y agradecido, se siente lleno de noble orgullo y le acoge para la eternidad.

***

[*]: Wifredo Ramos es Cronista Oficial de la Ciudad de El Paso.

[*Opino}– Vasectomía

Carlos M. Padrón

Las diferencias que destaca el artículo que sigue se deben a que las mujeres fueron creadas con el principal y primordial objetivo de ser madres, y por eso toleran lo que el sentido común dice que no deberían tolerar y mucho menos repetir.

Y es que el instinto materno, que es el más fuerte de todos, como instinto al fin y al cabo está reñido con la razón, y mientras las mujeres no logren someterlo al dictado de la razón serán seres “instintuales” más que racionales. Ésa es la mayor diferencia entre mujeres y hombres, y la causa de muchas de las divergencias de pareja.

Además, siendo ellas quienes, por lo ya dicho, corren con la mayor parte de la formación y educación de sus hijos, ¿por qué no les enseñan desde pequeños que la hombría no está en el pito? Pero no, las más de las madres se jactan de que sus hijos varones son muy machos. Es que el instinto les dice que hay que crear machos para que continúe la reproducción de la especie. Contra esto han optado por recurrir, sin medir las consecuencias, a la fertilización artificial; todo con tal de ser madres, aunque sea de un hijo sin un padre que tenga con él lazos de sangre y que ponga en la educación de la criatura el contrapeso que requiere la salud emocional de ésta.

Que yo sepa. la hembra humana es la única que sigue siendo madre mientras viva; las demás abandonan a sus crías cuando el instinto les dice que ya pueden valerse por sí mismas. Pero las madres humanas, además de que no abandonan a sus hijos, las más de ellas —y sospecho que es de aquí de donde nace la mala fama de las suegras— creen que éstos son la última pepsi-cola del desierto, e incapaces de hacer nada malo, por lo cual no ameritan reprensión alguna, y menos de parte de terceros, como maestros, Policía, etc., llegando a destacar como virtudes de sus hijos características que en nada son buenas. He conocido algunas madres, y sabido de muchas más, que en esto llegan a extremos absolutamente ridículos y de una ceguera que nada tiene de racional.

Lo escrito en letra cursiva dentro del texto del artícul es de mi cosecha.

***

13.01.2007

Marta Robles
(Seguramente, otra feminista).

Los hombres, que son infinitamente más cobardes que las mujeres, confiesan que si la procreación de la especie, es decir el embarazo
y el parto, dependiese de ellos, hace ya mucho que la raza humana se habría extinguido.
(¿Con que base puede un hombre decir eso si nunca ha pasado por un embarazo ni un parto?).

Y es perfectamente creíble, dado lo malísimos enfermos que son los hombres, el punto de hipocondría que tienen y la angustia existencial que les provoca sentirse ligeramente mal. Si esto les sucediera durante nueve largos meses de embarazo coronados con el shock de un parto, obviamente optarían por erradicar tal situación de sus vidas, y dejarían de tener descendencia.
(Si el parto es tan malo como dicen algunas mujeres, evitarlo sería lo sensato y razonable).

Lo curioso es que a la inversa también les ocurre. Quiero decir que son muchos los varones que se niegan y reniegan a utilizar ningún tipo de método anticonceptivo o contraconceptivo que les exija a ellos algún tipo de esfuerzo. Es más, los hay que rechazan hasta el consabido preservativo, porque, manda narices, les aprieta, les incomoda, o les hace daño. Les parece perfecto, eso sí, que sus parejas se enfrenten a los efectos secundarios de la píldora, que se coloquen cuantos DIUs sean necesarios o que incluso lleguen a recurrir a la solución definitiva de ligarse las trompas.
(Mal hecho de parte de esos hombres, y de parte de las mujeres que aceptan la posición de ellos).

Pero ellos, ellos, ¿cómo se van a tocar en el lugar que más cuidaron siempre? Si en ocasiones llegan a descartar los preservativos, ¿cómo van a pensar siquiera en esos diminutos implantes de silicona que les tienen que colocar en los conductos de su preciado pene o en el horror de hacerse una vasectomía? Vamos, que se cuentan por miles los que preferirían volverse onanistas y no tener más que sexo solitario frente a los casos raros capaces de vasectomizarse para evitar los embarazos no deseados.
(Conozco varios hombres que se han “vasectomizado” después de llegar a la prole que consideran aceptable, al igual que conozco muchas mujeres que, por el mismo motivo y motu proprio, han tomado medidas radicales).

Se ve que por muchos siglos que hayan pasado los machos siguen sin darse cuenta de que la hombría está en el corazón y en la cabeza… ¡Y no en el pito!.

La Razón.