[*MisCan}– «Padre»

Carlos M. Padrón

Los medios de escapismo en que por años me refugié para mitigar los efectos de tiempos de crisis fueron el trabajo, la fotografía, la cría de patos y la música.

Para esta última tuve un salón debidamente equipado en el que me encerraba a seleccionar, grabar, y escuchar luego lo grabado. Así armé una colección de varias decenas de casetes que tienen para mí la ventaja de que me gusta todo lo que contienen.

Después de escuchar una y otra vez algunos de los casetes de música instrumental así grabados, a veces comenzaba a destacar de entre todas alguna melodía evocadora de un sentimiento que con el tiempo iba tomando más y más cuerpo cada vez que —siempre encerrado en mi salón, solo o con alguna de mis hijas—, escuchaba yo de nuevo esa melodía.

Una en particular me hizo recordar a mi padre, otra a mi pueblo como lugar geográfico, otra a mi pueblo como conjunto de costumbres y nostalgias, etc., Y como esos instrumentales estaban ejecutados en un tono al que, jugando con las octavas, podía yo llegar cantando, un día decidí escribir letras alusivas a los sentimientos que esas melodías evocaban en mí y, poco a poco, fui grabando todas esas letras en forma de canción interpretada por mí, usando como fondo el instrumental con la correspondiente melodía evocadora, y lidiando, también yo solo en el salón de música, con los controles del tocadiscos, deck de casetes, ecualización, volumen, audífonos, letra, etc., mientras trataba de cantar lo mejor que podía para lograr algo más o menos aceptable dentro de mis posibilidades.

Al enésimo intento obtenía un resultado menos malo que los anteriores, y con ése me quedaba.

Ahora que vinculadas a artículos previos he publicado ya, además de la descripción que precede, algunas de estas canciones, he decidido agruparlas en esta sección, Mis (pocas) canciones, y otras, por, en lo posible, orden cronológico de grabación.

Hoy le toca el turno a «Padre”.

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La versión de Paul Mauriat de la melodía que lleva por título “La Aventura” evocaba siempre en mí fuertes y vívidos recuerdos de mi padre. La usé como fondo musical, y así nació, dedicada a la memoria de mi padre, esta canción que ya publiqué el pasado junio, en el artículo «A la memoria de mi padre, en el 37 aniversario de su muerte«,

Mi padre, en diciembre/1968. Su última foto.

la incluyo hoy, como apertura de esta nueva sección, a la memoria de mi hermano, quien a la muerte de mi padre quedó como tal dada su condición de primogénito.

Raúl, el 25/12/2006. Su última foto.

Ficha técnica de la canción

  • Título de la melodía instrumental: “La Aventura”. Arreglo de Paul Mauriat.
  • Grabada el 13-07-1984.

Para escuchar/bajar la canción

[FP}– Teorema de la Hipotenusa

05-01-2007

Carlos M. Padrón

Tendría yo uno 15 años cuando, avanzada ya la noche, me metí en la cama, después de terminar de estudiar, a leer una novela que tenía el estrambótico título de “La vuelta el mundo en busca del Trifinus Melancolicus”. Me habría gustado algo mejor, pero eso era lo que había.

Mi padre no quería que yo mantuviera encendida la luz más allá del tiempo estrictamente necesario, y, según él, yo no tenía necesidad alguna de leer una novela, así que yo leía en absoluto silencio y tapando las rendijas de la puerta para que no se viera que la luz a de mi cuarto estaba encendida.

De pronto di con un párrafo que me produjo un ataque de risa que no pude controlar y se me salieron las carcajadas. En menos de un nanosegundo apareció ante mí la figura iracunda de mi padre, y creo que me salvé porque me reía con tantas ganas que él se contagió y antes de que yo viera que él también reía, se fue sin decir palabra.

El párrafo en cuestión era un supuesto Teorema de la Hipotenusa, que decía así:

Toda hipotenusa que pase por los ángulos diedros de la elipse de un romboide sin cortar los catetos del plano paralelo al eje, equivale a la cotangente oblicua de un paralelepípedo secante cuya base, tres veces mayor que el radio, es inferior a πR2 menos el duplo de la raíz cúbica del coeficiente a + b + x,… poco más o menos.

Nunca lo olvidé, y tanto es así que años más tarde ─y luego de haber cursado «avanzados estudios»─ obviando el sarcástico ‘poco más o menos’ que atentaba contra la exactitud de tan importante teorema, en honor a ésta, a la concisión y a la brevedad, le añadí una parte de mi cosecha, dejándolo así:

Toda hipotenusa que pase por los ángulos diedros de la elipse de un romboide sin cortar los catetos del plano paralelo al eje, equivale a la cotangente oblicua de un paralelepípedo secante cuya base, tres veces mayor que el radio, es inferior a πR2 menos el duplo de la raíz cúbica del coeficiente a + b + x, siendo éste función exponencial del cuadrado de la hipotenusa más el logaritmo neperiano de la suma de los cuadrados de los catetos del paralelepípedo en cuestión, cuyo segmento anular interno multiplicado por el coseno del área perpendicular será directamente proporcional al eje principal de la elipse y a los vectores transversales del ángulo diedro que la contiene.

NotaCMP.- El teorema completo, con la parte por mí añadida, lo encontré hoy, 08/03/08 entre mis viejos papeles, y me apresuré a reportar aquí un hallazgo tan importante para la Ciencia.