[ElPaso}– La creación de El Paso (2/3)

Según el escrito «Manuel Taño, un patriota y gran alcalde», de Don Braulio Martín

La realización de un sueño

En la noche del 12 de agosto de 1836, estando en La Granja la reina regente, María Cristina, los sargentos sublevaron la guarnición aprovechando que los oficiales estaban en el teatro, y obligaron a la Reina a promulgar la Constitución de 1812 que estuvo en vigor muy poco tiempo porque el mismo año 1836 se celebraron elecciones y se votó la que fue Constitución de 1837, que era bastante liberal y democrática, accediendo al gobierno los progresistas presididos por Don José María Calatrava.

Pues bien, en esta misma época, los progresistas gobernaban también en la Diputación Provincial Canaria, y Manuel Taño, que era un hombre liberal y demócrata, aprovechó esta circunstancia para que su amigo, el diputado provincial y liberal Don Antonio López Monteverde, gestionara ante dicho organismo la creación del Municipio de El Paso, causa por la que este gran patriota venía luchando desde hacía algunos años.

Accediendo a lo solicitado por Manuel Taño, al creerlo de justicia, López Monteverde, en la sesión de la Diputación, del 13 de abril de 1837, presentó una proposición solicitando que el pago de El Paso, con el de Tacande y otros inmediatos —según se mostraba en plano adjunto—, formara un pueblo separado del de Los Llanos, con su propio Ayuntamiento, y que se procediera al nombramiento de los individuos que debían constituirlo.

La petición del Sr. Monteverde se basaba en la gran distancia a que se hallaban el pago de El Paso y sus inmediatos del pueblo de Los Llanos —para la mayoría de sus vecinos, era de dos o tres leguas—, en su riqueza —El Paso era el pago más rico de los del pueblo de Los Llanos—, y en el número de habitantes que tenía — 3.000 almas según el último censo—.

A los siete días de presentada la proposición de Don Antonio López, en la sesión de la Diputación del 20 de abril se acordó que se creara el nuevo pueblo de El Paso, según los límites marcados en el plano adjunto al correspondiente expediente.

Como puede observarse, es extraordinario y sorprendente que un asunto de esta naturaleza, como es la creación de un pueblo, se decida con tanta rapidez.

Este hecho, y otros de menor importancia, indican, con bastante fundamento, que una o más personas influyentes en la vida pública apoyaban en sus problemas a Manuel Taño, o Manuel de las Paredes,

Según datos encontrados en un archivo particular, es posible que su madre fuera de Santa Cruz de La Palma y perteneciera a una distinguida familia de aquella época. Y que su amor materno por el hijo abandonado al nacer la llevara a ayudarlo para que triunfara en las actividades en que él interviniera.

¿Conoció Manuel Taño a su madre? Esto es aún un enigma por resolver ya que hay versiones tanto para el sí como para el no. Sin embargo, en la documentación disponible no hay ningún dato que haga referencia a esto. Ahora bien, si la conoció, mantuvo la más absoluta reserva al respecto.

Para elegir al primer alcalde del Ayuntamiento de El Paso, el 25 de junio se celebraron elecciones en la ermita de Nuestra Señora de Bonanza, resultando elegido por unanimidad Manuel Taño.

Como es natural, Los Llanos se oponía, con todos los medios a su alcance, a la creación del nuevo pueblo, negándose, inclusive, a formar parte de la Comisión nombrada para la fijación de los límites entre ambos municipios. En vista de ello, la Diputación comisionó a Don José Miguel Fernández, alcalde Santa Cruz de La Palma, y le confirió poderes para realizar la demarcación entre los dos pueblos, quedando El Paso con una extensión territorial de unos 140 kilómetros cuadrados, y limitando con todos los demás pueblos de la Isla (*).

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(*) NotaCMP.- Esto fue cierto hasta 1925, pues antes de ese año Tazacorte, el más pequeño de los pueblos de la Isla, era un pago de Los Llanos. Pero en 1925 le fue concedida la independencia por el rey de España, Don Alfonso XIII, y como entre los pueblos de El Paso y Tazacorte se encuentra Los Llanos (los tres están en el llamado Valle de Aridane: Tazacorte en la costa, El Paso en la montaña y Los Llanos en medio), por tanto, desde 1925 El Paso limita con todos los pueblos de la Isla excepto con Tazacorte.
La foto: El centro del pueblo de El Paso visto, hace 20 años, desde mi casa natal
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[*Opino}– Amigos machos

A propósito de la cuestionada compatibilidad entre cama y amistad.

Carlos M. Padrón

En los primeros años del pasado siglo XX, Doña Antonia, hermana de mi abuela materna, oyó que alguien le preguntó a una vecina dónde estaba la hija de ésta. La vecina contestó que su hija había salido con un amigo, y, con expresión muy contrariada, Doña Antonia exclamó: “¡Nunca tuve amigos machos!”.

Me pregunto si será genética mi convicción de que donde haya alborotamiento hormonal (léase erotismo) no puede haber amistad químicamente pura (léase sin contaminación erótica), o sea, como la que yo mantengo desde hace más de 50 años con algunos vecinos (dije vecinos, no vecinas) o compañeros (dije compañeros, no compañeras) de infancia o estudios. Cuando me reúno con ellos sé a ciencia cierta que no hay alborotamiento hormonal, pero sí lo hay cuando me reúno con una mujer,…. si me resulta atractiva. Si no, es casi seguro que me resultará repulsiva y tampoco querré su proximidad.

En fin, que si al hombre le gusta la mujer pero a ella no le gusta él, no es posible la amistad entre ellos, y éste es el caso en que ella propone que sean sólo amigos, pues el hombre con el que una mujer dice tener sólo amistad no es más que un amante con el que ella no quiere acostarse.

Si a la mujer le gusta el hombre, pero a él no le gusta ella, tampoco es posible la amistad porque el deseo de ella la contaminaría. ¡Y como le costará aceptar que a él no le guste ella!.

Si ambos se gustan mutuamente, la amistad sobra, y su sola mención podría crear un conflicto.

Y si no existe gusto alguno (cero atracción) de ninguno por el otro, no querrán contacto, cercanía ni proximidad, algo reñido con la amistad.

Por eso estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por el escritor irlandés Oscar Fingal O’Flahertie: “Entre un hombre y una mujer no hay amistad posible. Puede haber amor, odio, pasión, pero no amistad”.

Con lo dicho por Antonio Gala: “El amor es una amistad con momentos eróticos”. Pues aunque no me gusta Antonio Gala, me parece correcta esta afirmación suya porque reconoce que en una amistad NO hay erotismo, y que, si lo hay, ya no es amistad.

O por Jules Renard: “Entre un hombre y una mujer la amistad es tan sólo una pasarela que conduce al amor”. Y añado que si la pasarela no llega a ese destino, alguien saldrá herido.

En nuestro idioma falta un término para nombrar la relación social que de hecho existe entre el hombre y la mujer que no son amantes, pues llamar amistad a esa relación es una gran hipocresía o un insulto a la verdadera amistad, la químicamente pura. A falta de ese término he oído el de “amigo fuerte”, “amigo con derecho” y, en inglés, uno muy cómico: “merci jump”, o sea, como dirían en España. un polvo por caridad, para aliviar la birriondez del amigo o amiga.

Y hablando de España, soy un gran admirador del humor ácido y directo que allá usan, llamando al pan, pan, y al vino, vino. Acerca de la tal “amistad” entre hombre y mujer recibí de España, hace años, un artículo que guardé por real y genial. Aquí copio, para terminar, algunos fragmentos.

«ELLA TE QUIERE COMO AMIGO»

Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una tía es «Tenemos que hablar…». Pero no, la peor frase que te pueden decir es «Yo también te quiero,… pero sólo como amigo».

Eso significa que para ella tú eres el más simpático del mundo, el que mejor la escucha, el más enrollado… pero que no va a salir contigo. Va a salir con un impresentable que sólo quiere acostarse con ella. Eso sí, cuando el otro le haga una putada, te llamará a ti para pedirte consejo. Es como si vas a buscar trabajo y te dicen: «Señor Motos, es usted la persona idónea para el puesto, el que mejor hoja de vida tiene, el más preparado… pero no le vamos a contratar; vamos a escoger a un incompetente. Eso sí, cuando ése la cague, ¿le podríamos llamar a usted para que nos saque del lío?».

Me pregunto, ¿qué he hecho mal? Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas tomando café… ¿A partir de qué café nos hicimos amigos? ¿Del quinto? ¿Del sexto? Joder, eso se avisa. Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un tampax: puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar… Lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales.

Si para que una tía te considere «su amigo» tiene que arruinar tu vida sexual, ¿qué hará con sus enemigos? A mí me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos «follar como amigos». Yo creo que la amistad entre hombre y mujer no existe, porque, si existiera, se sabría.

El colmo es que las tías consideran que tienen una relación «superespecial» con un tío cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada. Pero, bueno, ¿lo «superespecial» no sería sí pasara algo? Un día, después de una fiesta, te quedas ayudándola a recoger, como haces siempre, y cuando termináis, ella dice:

“Uy, es muy tarde, ¿por qué no te quedas a dormir”
“¿Y dónde duermo?”
“Pues en mi cama”

A ti te tiemblan las piernas: «¡Ésta es mi noche; se han alineado los planetas!» Al rato te das cuenta de que no son precisamente los planetas los que se han alineado, porque ella, como sois amigos, con toda la confianza se queda en camiseta y bragas, y tú, visto lo visto, piensas: «Me voy a tener que quedar en calzoncillos… ¡con la alineación de planetas que llevo encima!».

Así es que te metes en la cama de un brinco y doblas las rodillas para disimular. Ella se mete, te pega el culo y te dice: «Hasta mañana». ¡Y se duerme!.

«Pero bueno, ¿cómo se ha podido dormir tan pronto? ¿Pero esta tía no reza ni nada?» ¡Estás acostado con la tía que te gusta! Al principio no te atreves a moverte, para no tocar nada. Sabes que si en ese momento hicieran un concurso, nadie podría ganarte: eres el tío mas caliente del mundo. ¡Y que larga se te hace la noche! Te vienen a la cabeza un montón de preguntas,… pero después de muchas horas ya sólo te haces una pregunta: «¿Seré realmente gilipollas?»

No puedes creer que estéis en la misma cama y no vaya a pasar nada. Confías en que en cualquier momento se dé la vuelta y te diga: «Venga, tonto, que ya has sufrido bastante, ¡hazme tuya!». Pero no. A las “amigas” nunca les parece que hayas sufrido bastante.