[*IBM †}– Eduardo Camblor

  • Fecha: 26-09-1979
  • Lugar: Carretera Panamericana, en el sitio denominado Cacerío Potrerito, distrito Nirgua, Edo. Yaracuy
  • Causa: Accidente vial
  • Edad: 46
  • Última posición en IBM: Técnico DP en Valencia 
  • Nació en Chamberí, Madrid, España
  • Reposa en Cementerio Jardines del Recuerdo, Valencia, Edo. Carabobo, Venezuela

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Cortesía de José Padrón y Leonardo Masina.

Cuando se desempeñaba como CE en IBM-Valencia, fue en su carro a prestar asistencia técnica en Barquisimeto, y, en el viaje de regreso a Valencia, chocó con una vaca, se salió de la carretera y cayó en el monte.

Se dijo que el dueño de la vaca escondió el cadáver del animal y no informó del accidente, por lo cual tardaron un par de días en encontrar a Eduardo, que ya estaba muerto.

Su viuda, Ana Julia Mendoza, fue también exIBMista.

[*IBM †}– Sergio Grigoletti

  • Fecha: 08-03-2001
  • Lugar: Urológico San Román, Caracas
  • Causa: Cáncer
  • Edad: 54
  • Última posición en IBM: Consultoría
  • Nació en: Italia
  • Reposa en Cementerio del Este, Caracas

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NotaCMP. A las 04:30 pm de ese 08-03-2001, a la salida del trabajo en IBM fui al Urológico a ver a Grigo, como todos lo llamábamos.

¡Qué triste espectáculo! Impresiona ver a lo poco que uno puede llegar cuando falta la salud, sobre todo si es por causa de una enfermedad tan maldita como el cáncer.

En vez del Grigo, siempre alegre y dinámico, que todos conocimos, que había trabajado conmigo en la Sucursal Finanzas y luego en el ICF, me encontré con un Grigo pelado al rape, con barba crecida, pálido y demacrado, enchufado a dos sueros y con una paleta en la boca para sujetarle la lengua.

Respiraba con dificultad y de forma entrecortada, quejándose de vez en cuando, como si una flema le molestara en la garganta, y dando respingos como si lo pincharan con algo.

¿Qué decir ante un cuadro así? Que me sentí muy mal, pues, al fin y al cabo, Grigo tenía 54 años, …. y dos hijos, uno de 20 ¡y otro de 15! 

Cuando su esposa me dijo que ambos estaban por llegar de un momento a otro, concluí, tal vez por cobardía, que nada provechoso habría para nadie en que yo me quedara allí a presenciar las escenas que de seguro se sucederían, así que me fui. 

Y a poco de estar en mi casa, rumiando entre rabia y desconsuelo, entró en mi correo, enviado por Tania Campilongo, este mensaje:

Hola a todos.

Lamento tener que informarles un hecho tan triste, pero nuestro compañero y amigo Sergio Grigoletti acaba de fallecer. Dios lo tenga en su gloria.

Sé que lo recordaremos como siempre fue, con sus locuras y alegrías.

Lo velarán en el Cementerio del Este, y aún no se sabe la hora del entierro.

Paz a sus restos.