En 1938, el juez neoyorquino de origen judío Nathan Perlman echó mano del crimen organización para combatir con violencia la alarmante expansión de las organizaciones que simpatizaban con Hitler a las puertas de la Segunda Guerra Mundial
En 1938, el juez neoyorquino de origen judío Nathan Perlman echó mano del crimen organización para combatir con violencia la alarmante expansión de las organizaciones que simpatizaban con Hitler a las puertas de la Segunda Guerra Mundial